Hace unos años, una amiga –amante de la cultura oriental- me platicó la historia de un anime basado en un manga sobre un chico que encuentra una libreta con el poder de asesinar personas. Aunque el relato me pareció interesante, mi curiosidad fue poca. Sin embargo, tiempo después Netflix introdujo este anime en su oferta mexicana y muy pronto alcanzó muchísima popularidad.

Claro, soy una completa ignorante del arte japonés y no sabía que “Death Note” era todo un suceso alrededor del mundo. Resultó que era uno de los mangas más gustados y que su versión en anime era también una de las más criticadas por los fanáticos de la historieta.

A mí, realmente, me gustó bastante la versión animada. No conozco el manga así que en esa ignorancia encontré algo de felicidad, pues no tenía con qué compararla. Pero ahora sí. Porque ahora fue lanzado un dorama japonés basado en esta misma trama, que cuenta cómo el estudiante Light Yagami encuentra una extraña libreta que un shinigami (dios de la muerte) dejó caer en la Tierra porque estaba aburrido. Con este cuaderno es posible matar a personas, tan sólo se necesita escribir el nombre de ellas y tener en la mente su rostro, y unos minutos después fallecerán de un ataque al corazón. La Death Note, incluso, ofrece un montón de posibilidades que Light comienza a utilizar con eficacia, pues al cerciorarse de que la libreta funciona, se convierte en un asesino de malhechores.
Decenas de criminales comienzan a morir repentinamente de ataques al corazón en todo el mundo, por lo que la policía inicia una investigación para encontrar al culpable. Es entonces cuando aparece L, otro joven japonés muy inteligente que pronto sospechará de Light, a quien intentará dar caza.
El dorama es bastante diferente al anime, lo cual me pareció muy interesante porque, aunque sabemos lo que sucederá al final, llegamos a través de un nuevo recorrido. Sin embargo, no creo que el drama sea mejor que la animación. Los primeros capítulos son más lentos y torpes, y el Light de esta nueva versión no me convencía demasiado porque le hacía falta más personalidad, le hacía falta la arrogancia del anime.
Con el paso de los episodios (por ahí del cuarto) la historia mejora en el ritmo y se van dibujando mejor los personajes –y resultó que Light y L eran excelentes.

Al final, creo que el dorama sale bien librado, según mi opinión. Supongo que los que odiaron el anime deberán alejarse también de esta otra versión televisiva, pero para todos los amantes de los dramas asiáticos, es bastante recomendable. Mi calificación: 80 de 100. Mi Twitter: @CalladitaR