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De terror

La imaginación anda suelta por estos días… El ayuntamiento (inevitable) entre el Halloween y los días de muertos pone a trabajar las neuronas, las desata, las provoca, las estimula de múltiples formas.

Buena cosa es eso, sobre todo en estas épocas dominadas por la superficialidad a la cual alimenta nuestra renuncia a pensar, el vicio colectivo por la instantaneidad incapaz de construir nada duradero, sino sólo momentos imposibles de olvidar porque no alcanzan siquiera a instalarse en la memoria.

Pero las brujas y los muertos –incluso si no sabemos de dónde vienen esas tradiciones a cuya recreación mercadológica nos entregamos con desenfreno– concitan la sinapsis y nos da por parir ideas: una buena decoración mortuoria, un buen disfraz, una buena (en realidad mala) broma.

Buen ejemplo de lo anterior es la nota publicada el pasado martes en las páginas de VANGUARDIA bajo el título “Causa alarma macabra decoración de Halloween en Saltillo”.

El reporte, acompañado de una gráfica cuya visión hace innecesario leer el texto, daba cuenta de la “ocurrencia” de un vecino de la colonia El Toreo quien decidió “ambientar” para la ocasión su vivienda con el más macabro de los gustos: un monigote, forrado con bolsas de basura, colgado de cabeza y amarrado prolijamente con una soga, al cual le fue colocado un letrero al más puro estilo de los cárteles de la droga: “esto me pasó por escuchar banda”.

¿Mal gusto? Pues sí… puede decirse eso, sin duda, pero no puede negarse la imaginación del tipo: provocó la movilización de las corporaciones policiales a las cuales alertaron los vecinos, alarmados por la posibilidad de haber descubierto la ejecución de un cristiano.

Ahora seguramente todos se reirán por haber caído en la broma… aunque no faltará también quien le mentara la madre al autor (o la autora, porque también podría ser una mujer) del “chistecito”.

Y bueno: de aquí a la conclusión del megapuente mortuorio debe uno disponerse a presenciar cualquier cantidad de manifestaciones de imaginación, es decir, debe disponerse a ser víctima de cualquier broma pesada ideada por las neuronas regularmente ociosas de nuestros contemporáneos.

En abono de la humanidad –o de la mejor parte de la humanidad– también deben contarse esas cosas cuya existencia cuenta mucho, pero se cuentan poco (¿o cómo iba la frase ésa de la publicidad gubernamental?), es decir, aquéllas en las cuales la imaginación se luce…
Dándome una vuelta ayer por el Twitter descubrí una de esas cosas gratificantes a cual más: a alguien se le ocurrió la feliz idea de lanzar un reto singular a los cibernautas: contar una historia de terror utilizando solamente cuatro palabras.

Interesantísimo reto. Además de la vocación del inmortal don Fernando Marcos de resumir los partidos de futbol usando exactamente cuatro palabras, no había conocido ningún ejercicio de síntesis tan desafiante. Ni Monterroso se había atrevido a tanto.

Pero lo mejor de ver una provocación de esta magnitud ser lanzada sobre la mesa es ver la respuesta de un público impermeable a la intimidación; incapaz de retroceder frente a una apuesta.

Decenas de muy buenas historias para cuya confección no se requieren sino cuatro palabras inundaron el casillero del noveno lugar en la lista de trending topics en el inicio del fin de semana.

La Policía Nacional Española (conocida nuestra por su capacidad para el sarcasmo) no se sustrajo a la tentación y largó una historia redonda: “Te pego por amor”, escribió el community manager de la gendarmería gachupina y aprovechó para hacerle propaganda a alguna línea institucional de trabajo: “ante cualquier signo de maltrato, #DENUNCIALO”

El tuitero jubilado –como se autonombra– Rosly Gutiérrez, acaso aprovechó la oportunidad para hacer público un dato autobiográfico escribiendo “no me ha bajado”… Ni los relatos de Stephen King asustan tanto.

Desde Venezuela, sumida en una de las peores crisis de la historia –de todas las historias–, llegaron algunas de las mejores cosas. Por ejemplo, el cuento de @Arrechisima_: “Maduro todavía es Presidente”… In-su-pe-ra-ble. O la de @osvago1991: “no habrá referendo revocatorio”.

Los españoles no podían desperdiciar la coyuntura política, por supuesto, y le dedicaron algunos buenos cuentos al nuevo gobierno reeditado por la parálisis: “Volverá a gobernar Rajoy”, escribió @Yo_Soy_Asin.

La imaginación anda suelta por estas horas y eso es bueno.

Debe celebrarse la ocasión. Debe agradecerse a las brujas y a los espíritus chocarreros de nuestras tierras la provocación sináptica. Le quita el aburrimiento a estos tiempos en los cuales pareciera devorarnos la renuncia colectiva al uso de las neuronas.

Y bueno: es ocasión para recordar cómo en esta columna, aunque no se trate de un cuento de terror, siempre nos despedimos con cuatro palabras…

¡Feliz fin de semana!

@sibaja3
carredondo@vanguardia.com.mx