De Olimpiadas y pandemia

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De Olimpiadas y pandemia

Al grito de más mercado y menos sociedad y la insistencia de privilegiar lo económico por encima de lo social, la pandemia comienza a cobrar factura y en esta semana comenzamos a ver un repunte muy marcado donde la clave de interpretación es la falta de responsabilidad y el sentido del cuidado por el otro.

Destinos turísticos, centros comerciales, mercados, estadios, antros, restaurantes y demás sitios, así como quienes ahí hacen dinero, no resistieron más. La apertura anticipada de negocios no esenciales pudo más que la reflexión y la racionalización de la situación que enfrentamos y, cuando parecía que íbamos en franca salida, el semáforo de la enfermedad nos recuerda a través de algunos estados que pasaron de verde a amarillo y de amarillo a naranja que la irresponsabilidad nos asiste.

En este momento Baja California Sur, Quintana Roo y tres estados más se encuentran en naranja. ¿Le parece casual? ¿Ha visto imágenes de esos centros turísticos recientemente? Por ejemplo, en esta semana el gobierno de Durango emitió un aviso de alerta a sus ciudadanos para no viajar a Mazatlán por ser un enorme foco de infección. ¿Se enteró de los contagios en los viajes de graduación a Cancún?, ¿sabía que en Nuevo León hubo más de 50 niños contagiados sólo en un día, según el gobernador Jaime Rodríguez Calderón?

¿Supo que Japón canceló la entrada de público a los estadios para las Olimpiadas? Sí, hablo de las Olimpiadas. De ganancias que superan los 10 mil millones de dólares. De derechos de televisión, de venta de entradas a los estadios, de patrocinios, souvenirs, industria alimenticia, hoteles, en fin, todo lo que gira alrededor de un negocio que genera ganancias hipermillonarias.

Pues resulta que, contrario a la lógica, los japoneses decidieron cancelar el aforo a los estadios. Evidentemente quienes tienen los derechos de transmisión de los juegos –los medios–serán, como casi siempre, los únicos ganadores. Pero bueno, ese es otro tema.

¿Qué hubiéramos hecho nosotros, los mexicanos, ante un negocio tan jugoso como lo son las Olimpiadas?, ¿cómo estaríamos tratando a quienes tomaran la decisión de cancelar la presencia de espectadores en los juegos?, ¿qué estarían diciendo los dueños de los grandes capitales en nuestro País si las autoridades mexicanas hubiesen tomado una decisión así?

No estoy descubriendo el hilo negro, pero ¿es casual que los campeones del libre mercado, es decir, a las naciones a las que más les importa el dinero en el mundo, sean las más complicadas por la enfermedad?

En datos de la Universidad John Hopkins, Estados Unidos al momento llevan –a pesar de la vacunación casi total de los norteamericanos– cerca de 33 millones 840 mil 201 contagios; en México van cerca de 2 millones 577 mil y en Japón 819 mil. En cuanto a decesos, EU tiene 606 mil 996; México 234 mil 675 y Japón 14 mil 896. Para que no me vaya revirar con el tema poblacional, Japón cuenta 126 millones 529 mil habitantes, algo similar al número de personas que hay en nuestro País.

¿Cuál es la diferencia entre un país y otro? Exactamente dio en el clavo, la cultura. Nosotros no conocemos nuestra cultura y nuestros niveles educativos son muy bajos. Adoptamos, por el modelo reinante una cultura que se basa en el tener y el poder e hicimos a un lado la idea comunitaria. Priorizamos el individualismo; ellos la comunidad. No sabemos a dónde vamos; ellos lo tienen claro. Hemos privilegiado el tema del interés personal; ellos para ser fieles a sus ideales han dejado en claro que por encima del mercado –las ganancias, el lucro y la utilidad– se encuentra el cuidado del otro.

Los cerca de 15 mil decesos durante toda la pandemia, en comparación con los nuestros y con nuestros vecinos del Norte, nos hablan de un pueblo que ha respetado los protocolos, que ha privilegiado la disciplina, que ha acatado las medidas higiénicas, de un seguimiento riguroso a los casos, de una infraestructura sanitaria de excelencia y, por supuesto, como ya lo comentamos, de un alto nivel cultural y de sentido comunitario.

A diferencia de China donde se impone un control riguroso, los japoneses sin practicar el liberalismo occidental han hecho un uso excelente de su libertad.

La importancia de una ciudadanía activa en Japón ha sido determinante, es lo que los mexicanos no hemos entendido. No se trata sólo de usar la libertad, se trata también de usarla responsablemente. Como dato, en Japón al momento no se ha declarado ningún cierre total ni confinamiento. Ellos nos han demostrado que en el combate contra la pandemia es más efectiva la práctica de una ciudadanía activa y tener un alto sentido de responsabilidad, lo que nosotros no hemos tenido.

Se trata de pensar en plural y no en singular. Ojalá y que nuestros afanes consumistas, hedonistas e individualistas no nos vayan a seguir complicando el panorama sanitario en nuestro País. A mayor exigencia de libertades, mayor responsabilidad, ¿no lo cree? Así las cosas.