El 21 de mayo pasado, Germán Martínez presentó su renuncia al IMSS argumentando que funcionarios de Hacienda tienen una "injerencia perniciosa" en el instituto y ponen en riesgo la prestación de servicios de salud; y hoy, mes y medio después, Carlos Urzúa dejó la titularidad de la SHCP exponiendo que se tomaron decisiones económicas "sin suficiente sustento" y que se le impusieron funcionarios sin el perfil adecuado.

Las dos renuncias más importantes en lo que va de la administración de Andrés Manuel López Obrador coinciden en sus motivaciones principales: discrepancias con la política económica del Presidente y la intromisión de "personajes influyentes" –así lo expuso Urzúa– en el actual Gobierno Federal.

“El Presidente del Gobierno de México proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el cargo que el encargo”, manifestó en su carta Martínez.

En ambos casos, ni exdirector del IMSS ni Urzúa hicieron señalamientos puntuales de los entrometidos, con nombres y apellidos; mientras que López Obrador respondió de forma similar en las dos ocasiones: arguyendo que la política de austeridad provoca "incomprensión" incluso entre sus funcionarios.

La tercera renuncia de un integrante del gabinete ampliado, la de Josefa González Ortiz Blanco, en la Secretaría del Medio Ambiente, el 25 de mayo, fue impulsada por una razón distinta: el "influyentismo", al retrasar un vuelo de Aeroméxico y hacer que volviera para recogerla luego de que llegara tarde al aeropuerto de la Ciudad de México.

ALFONSO ROMO, ¿EL INFLUYENTE?

Durante los primeros meses del gobierno de López Obrador, analistas y periodistas han señalado que entre Carlos Urzúa y Alfonso Romo, jefe de la Oficina de Presidencia, existían diferencia por la imposición –en diversas dependencias– de personajes cercanos al empresario regiomontano.

Darío Celis, columnista de Excelsior, expuso en su columna "La guerra de Urzúa y Poncho Romo" que para nadie eran un secreto lo anterior, y que un ejemplo era la llegada de Eugenio Nájera a la dirección de Nacional Financiera.

"En corto, ambos funcionarios se guardan un respeto mutuo, pero en el fondo no se pueden ver. Su rivalidad se asemeja a las de Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

"(…) El equipo de Romo ya cayó en la cuenta de que Urzúa utiliza su arsenal mediático para cuestionar a otros funcionarios públicos que intentar meterse en su área de trabajo", escribió Celis.

Por su parte, el periodista Julio Pilotzi, en su columna del 6 de mayo en el diario 24 Horas, manifestó que en esas fechas el extitular de Hacienda analizaba cómo contrarrestar las ideas económicas de Romo, quien apoyado por la comunidad empresarial habría convencido al Presidente de elevar un par de puntos la meta del crecimiento económico del país.

Ante ello, ya se especulaba que Urzúa contemplaba presentar su renuncia a López Obrador, si el mandatario no revertía la propuesta de Romo.