De la educación al TikTok

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De la educación al TikTok

Ser educadora no sólo es una profesión, es una vocación hermosa que he desempeñado durante 28 años y cada día que llego es una gran alegría encontrarme con el grupo de pequeños alumnos que gustosos me reciben con los brazos abiertos.

A lo  largo de mi recorrido por ésta hermosa profesión he visto padres de familia, abuelitos, tíos, enlazarse en la crianza de esos pequeños seres que nos dejan para educarlos.

El comentario viene a cuento luego de que se viralizó un video en la famosa red social TikTok, donde una educadora joven bromeó con una menor a quien exhibió y la mojó con una botella de agua.

La menor quedó exhibida al igual que la educadora quien en fase posterior a los hechos, fue despedida del instituto el cual se deslindó de ella y aclaró que su filosofía y valores no concuerdan con lo que hizo la maestra.  

Lamentablemente como dicen por ahí “por uno las llevan todos” y escribo para defender esta hermosa profesión y a mis compañeras educadoras, tanto a las de experiencia como a las jóvenes, de que no todas somos así.

No aplaudo el hecho, tampoco justifico a la joven educadora, lo que sé es que durante la jornada entre algunos llantos, sonrisas, balbuceos, gritos, pequeñas manitas al roce de mi cuerpo y cabello los menores aclaman nuestra presencia.

La educación es un pilar fundamental y a veces pienso que las educadoras somos como las segundas madres porque, ¿sabes, papá y mamá que cuando dejas a tu hijo en nuestras manos se convierte en mi única y exclusiva prioridad?

Como vocación sé que hay que poner en ellos mis cinco sentidos y en ese momento no existe nada más importante que ellos. Quiero decirles que cuando los veo a sus ojos alcanzo a ver que hubo estrés antes de llegar a éste su espacio y que aunque no pueda expresarse con palabras sabemos perfectamente que igual pasó mala noche y sus ojitos soñolientos se convierten en llanto y falta de apetito.

Ser educadora no es sólo bromear, cuidarlos, enseñarlos a jugar, enseñarlos a que hagan palitos y rayitas o encargarles tarea. Ser educadora es convertirse en su ángel guardián para que nadie pueda lastimarlos porque entre juegos inocentes, uno como educadora se preocupa cuando alguien lo agrede con o sin intención.

Sabes, papá y mamá que es por él y por ella por quien día a día les exijo la mejor manera cumplir con cada detalle, cada observación, cada consejo, cada sugerencia porque cada día comparten con nosotras su mayor tesoro, su mayor interés, porque cuando tu lo dejas en mis manos, me convierto en su cómplice y su gran protectora…

Mamá, papá que lees esta reflexión, no subestimes, no cuestiones el consejo, la tarea, el mensaje, el reporte diario que recibes cada día de parte de quien cuida, educa, protege y ama a tu mayor tesoro.

Que un mal ejemplo, imprudente y acorde con los tiempos de hoy no manchen la profesión y que el profundo interés por su hijo e hija sigan presente cada día. Con profundo interés y amor les comparto que día a día nos preocupamos por ellos.

 

 

Diana Leticia Hernández, Educadora

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