De la desgracia a la oportunidad

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De la desgracia a la oportunidad

En México acelerar la descarbonización del uso energético debe ser considerado un asunto de seguridad nacional

18 mil edificios destruidos, más de 300 muertos y 100 mil personas sin hogar dejó el gran incendio que destruyó parte de Chicago en 1871. De la tragedia y las cenizas, la Ciudad de Hombros Grandes se levantó para convertirse en la capital del urbanismo y la arquitectura.

Hoy Chicago es la joya metropolitana de Estados Unidos, lugar donde se inventó y construyó el primer rascacielos del mundo. Construcción vertical que maximizó la funcionabilidad y rentabilidad del espacio urbano.

Como Chicago, México experimentó desastres, en su caso de origen natural, que destruyeron miles de viviendas, dejaron desamparados a sus ocupantes y cobraron la vida de cientos de personas.

El México joven y preparado de hoy es competitivo, una nación que puede y debe soñar en grande —igual que lo hicieron los autores de la grandeza de Chicago. La destrucción se puede transformar en oportunidad para reorganizar nuestras ciudades y fortalecer industrias como la generación de electricidad por vías renovables.

Según un estudio de la compañía de servicios financieros, Morgan Stanley, México tiene el potencial de convertirse en un líder en la producción renovable. Y si esto ocurre, el costo de la energía se reducirá beneficiando al consumidor y atraerá inversiones en manufacturas, robótica, minería y metalúrgica, así como a desarrolladores de infraestructura.

México es considerado como uno de los 10 mercados más atractivos para la generación de energía renovable. Pues el país cuenta con áreas privilegiadas para la producción solar de electricidad.

Si construimos lo necesario para aprovechar la exposición a la radiación solar que reciben los estados de Chihuahua, Sonora, Baja California, Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León; nuestro país podría convertirse en el Arabia Saudita de la generación solar. Incluso, por su cercanía a Estados Unidos, se puede vender cualquier excedente energético a los estados del suroeste estadounidense.
Acelerar la descarbonización del uso energético debe ser considerado un asunto de seguridad nacional. No sólo por el colapso del negocio petrolero, sino porque nos pondría en una autopista para un desarrollo sustentable.

No obstante, veo con preocupación que la sugerencia gubernamental a los damnificados de los sismos en las áreas más humildes se reduce a "reconstruya usted mismo su casa". Auto construcción sin asesoría técnica, evaluar la factibilidad del área o y sin juzgar si esas comunidades tienen acceso factible a servicios públicos. En muchos casos, esta es una oportunidad para reubicar comunidades completas que fueron construidas donde nunca debieron existir.

Trazando planes prácticos pero factibles, las nuevas comunidades pueden ser no sólo más seguras y funcionales, sino también abrir la puerta a la sustentabilidad, generando parte de su energía con paneles solares en cada vivienda —como ocurre en Australia, o simplemente haciendo un mejor uso y administración del agua.

La solidaridad que se dio luego de los sismos hermanó a los mexicanos sin importar la posición socioeconómica, los grados académicos o las simpatías políticas. Fue una afirmación clara de que todos queremos un mejor país y que estamos dispuestos a empeñar nuestro trabajo y talentos para conseguirlo.

México es octavo lugar mundial en producir ingenieros y sexto en graduados en computación e informática. Estos jóvenes están listos para diseñar la nueva red energética sustentable que necesita el país en el siglo XXI. Estos profesionales pueden escribir el software para que los sistemas de cómputo funcionen.

Chicago ardió en llamas pero se levantó más fuerte y más alto que antes. Pero eso ocurrió de la mano de la innovación y una visión de futuro, no cosiendo parches.

México está listo para soñar en grande y construir el desarrollo sustentable que nos haga una mejor nación y nos coloque en el lugar mundial que nos corresponde.