Hace unas semanas escribía de las terribles coincidencias en el gobierno de Puebla, el presidente Enrique Peña Nieto asistía a la inauguración de un hospital que beneficiaría a casi 3 millones y medio de habitantes, no hubiera sido motivo de una columna de no ser porque el hospital lleva el nombre del gobernador Rafael Moreno Valle, no, perdón, no lleva el nombre del gobernador, lleva el nombre del abuelo del gobernador que se llama igual, coincidencias de la vida. ¿Quién se atreve a juzgar a Moreno Valle por semejante buena obra sin ninguna jiribilla política? Somos nosotros los medios, los que vemos con malos ojos que en año electoral y siendo un candidato cantado rumbo al 2018 este tipo de obras sean para su beneficio político personal, pero bueno somos los medios los malpensados, el gobernador sería incapaz de realizar ese tipo de proselitismo a nombre de su abuelo.

Recupero esta anécdota política por lo sucedido esta semana en el Estado de México, publicado por el periodista Paris Martínez en Animal Político, hablo de la medalla que el gobierno de Eruviel Ávila le otorgó (o le iba a otorgar) a Eruviel Ávila. La historia se remonta a diciembre cuando el Tribunal de lo Contencioso Administrativo local , un órgano del poder ejecutivo (a pesar de llevar la palabra tribunal no es parte del poder judicial por lo tanto a cargo del propio gobernador Eruviel Ávila ) decidió otorgarle el reconocimiento al gobernador por ser un hombre que tiene “liderazgo”, “solidaridad”, “inagotable esfuerzo”, “gran calidad humana”, “ahínco”, “honorabilidad”, “gran trayectoria profesional”, “travesía intachable y sobresaliente”, y “buena nombradía”, la decisión se votó en diciembre y el viernes 15 de enero de 2016,  el reconocimiento salió publicado en la Gaceta Oficial del estado. Aclaremos un punto, se otorgó el premio pero no se le entregó, la ceremonia estaba prevista para octubre. 

El martes Animal Político ventiló esta historia, era ridícula, Eruviel dándole una medalla Eruviel, pero era cierta, las redes explotaron y el desmarque llegó al medio día, a través de su cuenta de twitter el gobernador escribió “Sobre la nota de @Pajaropolitico, quiero precisar que no he recibido, ni recibiré, la medalla del @tricaemex a la que hace referencia”. Declinaba el premio, no un día después, dos días, una semana, o un mes, lo hizo hasta que se convirtió en un escándalo. 

El analista político José Antonio Crespo me comentó minutos después de escuchar la noticia “parece que viven en otra realidad los gobernantes, en otra dimensión” no tienen idea del lugar en donde están o incluso me decía, “tal vez no les importa, un premio más, un caso de corrupción más, al fin no pasa nada”.

Exactamente, no pasa nada, las preguntas son obvias, ¿qué hubiera pasado si Animal Político no hubiera dado a conocer la historia? ¿hubiera recibido el premio Eruviel Ávila? Usted ya sabe la respuesta, el poder viene aderezado de una sobredosis de vanidad y egocentrismo, si la sociedad es incapaz de aplaudirles, alguien aunque sea ellos mismos tienen que hacerlo, en octubre Eruviel –iba- a recibir una medalla de cinco mil 200 pesos, se quedó con las ganas.