De Distrito a Ciudad

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De Distrito a Ciudad

Imagine que un día cualquiera los capitalinos amaneciéramos con la noticia de que las mujeres ya no pueden decidir sobre su cuerpo y, peor aún, que serán encarceladas. 

En este mismo ejercicio, imagine que su matrimonio es anulado por el solo hecho de haber elegido a una persona de su mismo sexo y esto no le parece a alguien más. 

Imagine que su madre, hija o hermana dejen de percibir el apoyo económico para sus hijos que, por obligación, deben de aportar sus maridos sin ser sancionados ni obligados a hacerlo. 

Esto suena como una pesadilla, pero podría pasar. 

Todos estos derechos y más son por los que hemos luchado usted y yo por más de 18 años en esta ciudad, derechos y libertades que eran necesarios y que hoy son una realidad, pero que nadie nos garantiza que en cualquier año electoral podrían ser anulados o modificados de acuerdo a intereses o proyectos personales. Por eso la urgencia e insistencia en una reforma política que pudiera blindar lo que ha costado tanto trabajo defender. 

Los habitantes del DF nos encontramos frente a un momento histórico, un momento en el cual podemos plasmar nuestros valores como capitalinos, nuestros anhelos y nuestro proyecto de futuro. Un momento en el que podremos consolidar nuestros derechos, formalizar las instituciones y en el que podemos acordar la ciudad que queremos. Todo esto significa la creación de nuestra primera Constitución. 

Mucho se ha hablado sobre la Reforma Política y de los cambios que habrá con su aprobación. Entre los más conocidos se encuentra el cambio de nombre de Distrito Federal a Ciudad de México. Sin embargo, esto no es solo un cambio de nomenclatura. En el fondo, significa una evolución y la definición de una entidad moderna, que nace con una madurez social y cuya ciudadanía se caracteriza por exigir una mayor participación en la toma de las decisiones que le impactan directamente. Una ciudadanía que ha definido los principios y valores con los cuales quiere vivir. 

La historia del mundo ha dejado de manifiesto que las constituciones impulsan acciones democráticas o evitan regímenes dictatoriales. Es el caso de Bélgica, Grecia, Italia o Luxemburgo, en donde imponen sanciones económicas a las personas que no ejerzan su derecho al voto. Esto importa no por la sanción, sino porque esta ley impacta directamente sobre la responsabilidad que tiene la ciudadanía de participar en la elección de su gobierno y cómo la ley actúa en beneficio de su democracia. 

Otro ejemplo, del cual muchos fuimos testigos, de cómo una Constitución significó un cambio profundo en la vida de sus ciudadanos, fue la promulgación de la Constitución Española de 1978, la cual marcó con contundencia el fin de un régimen dictatorial para pasar hacia un Estado democrático. 

Hablar de una Constitución de la Ciudad de México es hablar de nosotros, de los capitalinos, es asegurar que nuestros derechos y libertades por los que hemos luchado estas últimas dos décadas, quedarán plasmados y más vivos que nunca, y no como simples ideales, sino como una realidad que actualmente estamos viviendo. 

Tenemos la oportunidad de garantizar el derecho a una vejez digna, derecho a no ser violentadas, nuestro derecho a una atención médica especializada, el derecho a apoyos escolares para niños y niñas, el derecho a tener útiles y uniformes escolares gratuitos, entre muchos que nos han dado una personalidad de ciudad de vanguardia. 

Nunca la ciudadanía ha tenido más grande oportunidad en esta ciudad para que, a través de su participación en la elaboración de nuestra Constitución, empate el cómo debe ser nuestra ciudad con lo que se sueña de ella, sentando así las bases de su futuro. 

No nos equivoquemos, no es sólo un cambio de nombre. 

Esta década para nosotros, los capitalinos, deberá ser marcada por la refundación de la Ciudad de México, la cual nace como una entidad social, democrática, plural, respetuosa de los derechos de sus habitantes, equitativa y diversa, pero sobre todo una ciudad que siga siendo punta de lanza en la transformación del país. 

Twitter: @Ale_BarralesM 
www.alejandrabarrales.org.mx