Usted está aquí
De cómo Mary Shelley construyó a Frankenstein
En 1818, en una época en que las mujeres aún no contaban con muchas de las libertades y derechos que ahora gozan, la escritora inglesa Mary Shelley publicó una novela de terror que hasta la fecha continúa estimulando la imaginación de millones de personas: Frankenstein.
La Feria Internacional del Libro de Coahuila 2018 dedicó su área de literatura infantil a esta autora y su obra, en su aniversario 200 el escritor Andrés Acosta ofreció una charla donde dio a conocer los pormenores del tiempo, el contexto y hasta el clima que propiciaron la creación de este texto.
“Es una obra que retoma un arquetipo, un mito universal y en su época lo renueva. Era una historia que ya se había contado de distintas maneras, en distintas culturas, había aparecido en personajes que también cobra vida a partir de un creador, como imitación a Dios, un demiurgo y lo interesante es que su obra ha sobrevivido al tiempo”, comentó Acosta para VANGUARDIA.
Sus orígenes se remontan a un viaje que ella realizó junto a su marido, el poeta Percy Shelly, Lord Byron y su pareja por Ginebra, donde los tres escritores se retaron a escribir el mejor cuento de terror y ella redactó una historia sobre un hombre que crea vida y queda horrorizado por ella.
Aunado a ello, la situación climatológica creó una ambiente oscuro en esa época, como explicó Acosta.
“Sucedió algo muy curioso, porque cuando ellos estaban en un lugar al lado de Ginebra, estaban en verano y hubo una erupción de un volcán bastante lejano, cuyas cenizas oscurecieron todo el cielo y eso cambió el clima. Fue el verano del no verano porque parecía como invierno y eso influyó en la obra”.
A lo largo del tiempo se han dado decenas de adaptaciones en diversos medios de esta historia, algunas más enfocadas en el aspecto visual del monstruo, resaltando sus atributos para incluirlo en historias espectaculares. Sin embargo, Andrés asegura que en ellas hay un punto que no se ha perdido.
“Creo que lo que se mantiene es la creación de este ser a partir de una materia monstruosa, que termina de mala manera, porque es un destino que no lleva la creación de los dioses, sino la del ser humano y por lo tanto imperfecta, conserva esa esencia, independientemente de que sí se ha vestido mucho con cosas muy llamativas desde que se llevó al cine”.