Muchas veces han observado un gato negro y lo asocian con la superstición de algo negativo llegará a tu puerta. ¿Alguna vez se han preguntado el origen de tal pensamiento?

El pensador y filósofo David Hume se planteó tal cuestión en su obra más destacada “Tratado de la naturaleza Humana” de 1739 a 1740, donde aseguraba que el conocimiento de los seres humanos solo puede ser obtenido a través de experiencias mediante nuestros sentidos. Estas experiencias nos ayudan a generar lo que entendemos como la ciencia y el arte.

Hume discutió que dichas percepciones de los sentidos se dividen en dos partes: inducciones e ideas. De estas, el filósofo aseguró que toda idea proviene de una inducción, es decir una experiencia externa ajena a nuestros propios pensamientos.

Para entender, hagamos un sencillo ejercicio de percepción:

En la imagen de arriba pueden ver un gato negro. Dicho gato puede aparecer en la pantalla de su celular o computadora, sin que este estuviese en su mente antes de percibir aquella imagen. Esto es lo que se conoce como inducción, la cual compone la siguiente parte: las ideas.

Según Hume, las ideas son esclavas de la inducción. Cuando observamos a un gato negro pasar, para muchas personas, sin escuchar la frase “Los gatos negros traen mala suerte”, es posible que tal idea aparezca en nuestra mente gracias a una experiencia anterior que nos hizo asociar tales ideas.

Esto parece simple, sin embargo Hume descubrió que tales componentes nos ayudan a probar que tales inducciones van más allá de nuestra memoria. Los seres humanos tenemos la costumbre de percibir al mundo como algo uniforme que tiende a repetirse en el futuro. P. E.: Si veo un gato negro hoy y me multan en la calle, pensaré que el próximo gato negro traerá tal infortunio.

Hume discutió que no podemos justificar racionalmente que la naturaleza continuará siendo ordenada, pues tal justificación solo proviene del razonamiento demostrativo y probable. El pensar que un gato negro nos traerá una tragedia es injustificable racionalmente, ya que no podemos tener una experiencia del futuro, por tanto esta es una “creencia” infundamentada.

Finalmente, esto nos lleva a tener un escepticismo moderado que nos lleva a cambiar la certeza por la probabilidad, como es el caso de que cierta  causa (gato negro) traiga un resultado (mala suerte) en el futuro.