El mago David Copperfield se vio obligado a revelar uno de sus secretos más famosos, luego que uno de sus espectadores saliera lastimado y lo demandara pues tuvo que ser operado, además de quedar con un mal en el cerebro.

En 2013 el chef inglés Gavin Cox fue seleccionado por Copperfield para ser parte ser del truco ‘Vanishing Audience’ (desvanecer a la audiencia). Cox, junto a otras 12 personas, entró en una jaula, la cual fue suspendida en el aire. Después, el mago puso una cortina que cubrió toda la plataforma y cuando la quitó los participantes desaparecieron.

Cuando las personas eran suspendidas en el aire un grupo de staff del ilusionista los conducía rápidamente por un túnel hacia las afueras del teatro. Mientras corrían, Cox cayó y se dislocó el hombro. Debido a esta lesión tuvo que ser operado de la espalda y el cuello, lo que le provocó un daño permanente en el cerebro similar al Parkinson.

"Fue como si una alarma de incendio se hubiera disparado. Ellos (el equipo de logística) gritaban “¡rápido!, corre, corre, corre; no sabías a dónde debías ir. Era oscuro. Me empujaban. Entonces, cuando di vuelta en una esquina, me tropecé y caí al suelo", comentó Cox al diario Daily Mail.

La defensa del mago alega que durante los 15 años que lleva realizando este truco nunca había tenido problemas con ninguno de los más de 100 mil participantes.

El litigio que ya lleva tres años en tribunales, pretende que el mago indemnice a Cox por millones de dólares porque afirman que desde el incidente no pudieron volver a Inglaterra por los tratamientos médicos que ha recibido el chef.

Por el momento, Copperfield se ha visto obligado a explicar en detalle el funcionamiento de la ilusión.