Danza para todos PARTE I

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Danza para todos PARTE I

“El objeto de la enseñanza de la danza es hacer mejores a los seres humanos”

 (La danza y el niño. UNESCO, 1982)

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo, cerca del 15 por ciento de la población vive con algún tipo de discapacidad, enfrentando permanentemente obstáculos en las políticas, normas, actitudes, servicios, financiación, accesibilidad y participación. Esto representa una significativa minoría con la que la sociedad tiene un compromiso de atención e inclusión. Ante las barreras para la participación y el aprendizaje de las personas con discapacidad, (entendidas como la dificultad en la interacción de cualquier estudiante con su contexto: personas, instituciones, culturas, circunstancias sociales y económicas que afectan sus vidas) es una necesidad fundamental priorizar la educación inclusiva en nuestro país.

En la declaración de los derechos humanos son premisas fundamentales la vida, la salud, y el bienestar material y espiritual del hombre. Tales premisas nos indican que la carencia de cualquiera de estos requisitos suprime o por lo menos disminuye esa condición genuinamente humana del ser. Una persona con una discapacidad, sea esta física, mental o sensorial,  que pudiendo ser rehabilitado o curado, carezca de la ayuda necesaria para serlo, no puede gozar a plenitud de su condición humana.

Teniendo en cuenta esta premisa,  es fundamental el tratamiento integral de estas personas, no solamente en la atención de su discapacidad; sino su crecimiento como ser humano, sus relaciones y su integración social y cultural.

Ya en 1948 la Organización de las Naciones Unidas, en su Declaración Universal de los Derechos Humanos estipuló el derecho de las personas a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad y a gozar de las artes.

Mas tarde, en 1975 al aprobar la Declaración de los Derechos de los Impedidos, comenzaron a surgir esfuerzos por desarrollar aptitudes y brindar atención en los ámbitos médico y psicológico, en un marco de respeto, combatiendo la discriminación y en la búsqueda constante de una vida digna y plena.

La danza en particular, es bien conocida como una de las disciplinas más completas, ya que, a diferencia de otras disciplinas meramente físicas o artísticas, en ella el ejecutante desarrolla simultáneamente los ámbitos físico, cognitivo y psicosocial. permite una formación integral a través de sus beneficios en el desarrollo biopsicosocial del ser humano porque se enfoca en el logro de objetivos físicos, intelectuales, sociales y emocionales, al mismo tiempo que trasciende hasta lo más sublime de su espíritu. Es un medio de expresión por excelencia que, del mismo modo que surgió conjuntamente con el hombre, ha prevalecido enriqueciéndose y desarrollándose conforme éste y su cultura evoluciona.

El uso de la danza y la música con fines terapéuticos data de épocas muy remotas, ya desde la antigüedad se aseguraba que “el baile es salud” afirmando que el baile moviliza tanto las fuerzas físicas como nerviosas y observando que después de bailar, las personas de fácil irritabilidad se tranquilizan, los tímidos pierden el miedo ante la comunicación social y los nerviosos se relajan. Hace más de dos mil años, médicos griegos y romanos descubrieron que actividades de grupo, con condiciones específicas, utilizando la música y la danza mejoraban a personas con diferentes patologías, no solamente emocionales.

Conjuntamente con el surgimiento de la danzaterapia como método psicoterapéutico en Estados Unidos durante la década de los 40, países como Alemania, Hungría, España, Argentina y Cuba han respondido a esta necesidad mediante el desarrollo de diferentes métodos que integran a la danza a personas con discapacidad. Éste último en particular, desde 1973 ha implementado el método Psicoballet, un método psicoterapéutico genuinamente cubano que utiliza la técnica de ballet como instrumento para su realización.

Coahuila ha mostrado un importante esfuerzo por responder a esta imperiosa necesidad, ofreciendo centros de estimulación públicos y privados enfocados a brindar terapia física, ocupacional, sensorial, de lenguaje, psicológica, entre otras. Sin embargo, la Educación Artística ha sido poco empleada sistemáticamente en el tratamiento y rehabilitación de personas con discapacidad, siendo esta un aspecto de fundamental importancia en el desarrollo del ser humano.

En numerosas investigaciones que han sido mencionadas en anteriores entregas se ha comprobado cómo la formación integral de todos los elementos que conforman a la persona le lleva invariablemente a la mayor utilización de su potencial, mejorando su calidad de vida. Sin embargo, aunque la participación de personas con discapacidad en actividades artísticas ha ido en aumento en los últimos años, aún es escasa en proporción a la población y en algunos casos, limitada a ciertos niveles socioeconómicos.