La comunidad dancística nacional hizo nuevamente un llamado de auxilio a las autoridades de todos los niveles gubernamentales ante la situación que ha provocado el cierre de teatros, auditorios, academias y demás espacios para el desarrollo de esta disciplina por la pandemia de COVID-19.

En rueda de prensa a través de Zoom representantes de Danza, Diálogo y Acción de México (DDAM) externaron su preocupación ante la falta interés de las autoridades por apoyar a los generadores de arte, mientras, señalan, continúan destinando recursos a proyectos como el Bosque de Chapultepec.

El colectivo se describe como una “comunidad autónoma, incluyente, diversa y propositiva de artistas, docentes, productores y gestores de la danza en México, nos conformamos en torno a una organización intergeneracional, horizontal y transversal con la participación de artistas, agrupaciones y espacios escénicos independientes del país”, que busca propiciar ”un pensamiento colectivo a través del diálogo, con el fin de lograr acciones concretas que difundan, apoyen y visibilicen nuestra labor mediante el consenso de las necesidades y propuestas que surgen en el grupo. Nos consolidamos como un movimiento solidario, de diálogo y acción desde el sector de la danza ante el debilitamiento de las estructuras que sustentan el trabajo de los generadores de arte y cultura del país”.

“Consideramos que la fuerza de este colectivo está en cada uno de sus integrantes y en lo que han podido aportar a la vida cultural del país desde hace muchísimas décadas”, comentó Claudia Lavista, miembro de DDAM, “lo que nos mueve, lo que nos sostiene, es trabajar en propuestas cuyo fin es el bien común de una amplia comunidad en México”.

Destacaron que entre sus objetivos está el promover condiciones dignas y seguras en el sector de la danza, además de participar e incidir en el desarrollo las políticas culturales, coadyuvar en la construcción de mecanismos laborales con instituciones públicas y privadas, empresas privadas y organizaciones independientes que impulsen el desarrollo de la danza nacional, además de otras estrategias para estimular y proteger a la escena dancística nacional ante la crisis.

Por su parte Rolando Beattie señaló que la danza en México se ha desarrollado en condiciones adversas a lo largo de su historia, en condiciones precarias y con sus generadores desprovistos, como ciudadanos, de sus derechos laborales más elementales.

“Los profesionales de la danza escénica en nuestro país, a pesar de contar eventualmente con algunos apoyos institucionales, nos hemos sostenido, principalmente y con gran dificultad, desde el territorio de la independencia, la auto-sustentabilidad, el importante desarrollo exponencial de nuestra disciplina en el panorama artístico mexicano de finales del siglo 20 y principios del siglo 21”, expresó.

“Hoy, en tiempos tan complejos, tan inciertos, tan adversos, frente a nuestros ojos, el horizonte se revela como un amenazante naufragio. El concierto de nuestras voces tiene un solo eco, emitir una alerta máxima, un poderoso llamado de auxilio, el propósito central de ese clamor es evitar, por supuesto, la extinción”, declaró.

El director y coreógrafo reconoció también los apoyos que han recibido por parte de las autoridades, pero señaló que ante la dificultad de la situación se necesitan medidas mucho más concisas y no solo paliativos que ayuden temporalmente, sino que otorguen un punto de partida firme sobre el cual esta expresiones puedan sobrevivir a la pandemia.