Daños colaterales

Usted está aquí

Daños colaterales

Si todavía usted no lo sabe, es bueno que tome nota. El mercado de las divisas internacionales, desde hace muchos años regido por el dólar norteamericano, es por razón de su naturaleza, el más interdependiente en el mundo, lo cual convierte la decisión de ayer de la Reserva Federal de subir los intereses en Estados Unidos, en el principio de una reacción en cadena, la cual si usted es usuario del crédito bancario muy pronto resentirá en sus bolsillos.

Resulta que en plena crisis hipotecaria de 2008-2009, las instituciones encargadas de la política monetaria en el vecino país, en este caso la muy famosa Fed, que viene a ser una especie de banco central, decidió bajar a cero el costo del dinero, con el fin de que pudiera reactivarse la economía que estaba sacudida por la quiebra de importantes instituciones financieras a raíz de los llamados créditos tóxicos que muchos bancos asignaron sin mayores garantías ni estudios a clientes que al poco tiempo fueron cayendo en morosidad, y los bancos en la insolvencia.

Para muchos la más grande crisis  económica en la historia de los Estados Unidos, que en nuestro caso representó un daño colateral de terribles dimensiones cuando nuestro crecimiento económico resulto negativo en 2009, y perdimos también un número importante de empleos.

Para salvar sus cadenas productivas más importantes – la automotriz es el mejor ejemplo – el gobierno norteamericano hubo de apoyar con cifras multimillonarias de dólares a las firmas de los gigantes en ese sector: GM, Chrysler y Ford.

Después de más de siete años de tener los intereses en su nivel más bajo, y debido a que la economía norteamericana ya tiene signos claros de recuperación,  el pasado miércoles la Reserva Federal anunció que incrementaba en un cuarto de punto sus tasas, con lo que se ubicarían en los rangos del medio por ciento. 

Esta era una decisión esperada desde el año pasado, que se esperaba con seguridad en el último septiembre, pero que se fue posponiendo hasta esta semana. Hay analistas muy prestigiados que señalan que la larga posposición de esta medida ocasionó más impactos negativos que los que en sí mismo originará el aumento en el costo del dinero.

Lo que sí es un hecho es que, aunque México se encuentra en un período de gran estabilidad económica, que ya hemos venido comentando en otras entregas, con la inflación más baja de la historia,  sin que el aumento en la paridad dólar-peso haya alterado los precios al consumidor, y con todo en la drástica caída en los precios del petróleo sigamos al margen de una tormenta en los indicadores macroeconómicos, lo cierto es, estimado lector, que en muy pocos días, usted encontrará tratos más difíciles con los amigos del sector financiero. 

Las tarjetas de crédito, los hipotecarios, y todo tipo de préstamos, los automotrices incluidos, y también los de las financieras “patito”, que se promueven hasta en los postes de la CFE,  serán a tasas mayores de interés, y en alguna medida más restringidos.

Quienes ya los tienen contratados, y  están a tasa variable también tendrán que pagar más.  No se sorprenda si en pocos días, como es obligado, responsable de finanzas públicas, salen a informar sobre los impactos que tendrá este aumento en el costo del dinero. 

A la hora de escribir esta columna (mediodía del jueves), se esperaba que el Banco de México anunciara también un aumento en las tasas de referencia que le corresponde fijar en el mercado financiero nacional.

Afortunadamente el orden y la disciplina económica que ha alcanzado México en los últimos veinte años, nos permiten enfrentar con cierta fortaleza los vaivenes internacionales en temas financieros. Y debemos estar preparados para todo tipo de repercusiones, por ejemplo, que con lo resuelto con la Fed, el dólar tienda a bajar un poco con respecto al peso. Pero  también un ligero repunte de la inflación, y una nueva realidad en el mercado crediticio por lo cual es recomendable no usar tanto las tarjetas en esta navidad y fin de año, porque los estados de cuenta pudieran ser un amargo inicio del 2016.

Lo más importante es estar muy atentos a las recomendaciones que a partir de este fin de semana nos empezaran a hacer los expertos en temas de consumo, para tomar las mejores decisiones, y no meter en problemas nuestra economía familiar.