Dando El Grito con cubrebocas

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Dando El Grito con cubrebocas

Unos señores panistas bastante desquehacerados (¿hay de otros?) presentaron penal y formal denuncia contra el Gobierno de la 4T y las autoridades en materia sanitaria porque, de acuerdo con las eminencias azules, su respuesta ante la pandemia ha sido inadecuada hasta lo criminal.

Los señores en todo su derecho están y ojalá que La Fuerza les acompañe, aunque yo dudo que siquiera los vayan a tomar en serio pues, además de que hoy la sartén por el mango la tiene ese vengativo Gepetto macuspano, tampoco creo que tengan para presentar un caso igual de sólido que sus ganas de lucrar políticamente con este asunto, vileza, bajeza y pincheza que se cocina muy aparte de las fallas imputables a la 4T.

Apenas hace una semana, también, seis extitulares de Salud (de las administraciones de VFQ, FCH y EPN) presentaron un plan de contención que según ellos podría frenar al virus en menos de dos meses y se lo restregaron en su carita al subsecretario Hugo López-Gatell.

La respuesta de San Gatell Arcángel no se hizo esperar y aquí le cedo la razón incondicional:

Si el protocolo diseñado por estos señores es tan, pero tan chingón, ¿qué hacen llevándoselo a la 4T? ¿Por qué, si es un plan tan innovador, no lo presentaron antes y por qué no lo hacen llegar directamente a la OMS? 

Un modelo para detener el avance del virus en seis u ocho semanas sería el Santo Grial frente al COVID-19, no para México sino para toda la humanidad. Sería quizá de muchA mayor utilidad que una vacuna.

Pero resulta que la idea de cómo disipar el peligro se les vino de la nada, como una revelación, justo a ellos, en una bonita tarde de septiembre:

- “Conclusiones y bibliografía…” ¡Listo! Ya nomás lo paso en limpio y te lo mando para que lo imprimas y tú lo engargolas mañana temprano.

- ¿Le podemos poner portada de Los Avengers?

- No veo por qué no.

Pero de hecho, estos caballeros dieron en su momento continuidad a las carencias médicas y hospitalarias de nuestro sistema de salud y no hicieron nada por mejorar los paupérrimos hábitos alimenticios de la población, mismos que ahorita nos tienen tan vulnerables ante el virus y otras mil horrendas formas de morir. 

Incluso se hicieron pendejos y callaron mientras sus administraciones pactaban con la perversa industria de la comida chatarra, que llegó a institucionalizarse durante el gobierno de EPN (Nestlé y PepsiCo encabezando la Cruzada Nacional Contra el Hambre).

Así que no nos vengan ahora a contar las muelas de que ellos sí saben cómo hacerlo, si son parte fehaciente e integral de la respuesta de México ante el COVID-19, tanto o más que la presente administración.

Vista así, su propuesta tampoco parece fundada en el ánimo genuino de querer sacar adelante al País, sino de desacreditar a la administración federal, cosa por demás fútil ya que para esto la misma 4T se basta solita.

En el ámbito local pasa algo idéntico o al menos muy parecido: los detractores de la administración de AMLO quieren que se monte un juicio contra el Presidente y el área médica de su gabinete, dados los resultados de su política frente a la pandemia.

Pero esos mismos detractores serían capaces de obviar y hasta excusar a otros actores públicos que comparten la misma responsabilidad, pero con los que sin embargo simpatizan.

Tan sencillo: Según la lógica de estos entes, mientras las cifras de contagios, enfermos y decesos en Coahuila eran modestas, todo se debía a la increíble respuesta, capacidad, inteligencia, previsión y control de nuestro amado Gobernador (y alcaldes afines). ¿Así o más cromado el pivote?

Pero una vez que la cifra de contagios, hospitalizaciones y muertes por COVID-19 cobró sus reales dimensiones en la Entidad, entonces sí, todo es culpa del irresponsable de AMLO y su negligente doctor Gatell.

¡¿Qué lógica tiene esto?! ¡Exacto! Ninguna. O bueno, sí: agarrar el asunto del COVID-19 –tan sensible para tanta gente– como ariete político. Al final, todos a su manera lucran con el dolor, la enfermedad y la muerte.

Usted siéntase libre, querido conciudadano, amado compatriota, de descoserse en diatribas, improperios y acusaciones contra AMLO y su cuatritransformada jefa, ya sea por el COVID-19 o lo que usted guste y mande. Es su sacrosanto derecho y nadie se lo debe regatear, mucho menos AMLO que es tan dado a condicionarnos las libertades más elementales. Usted despotrique hasta que se le alivien las úlceras provocadas por las mañaneras.

Lo único con lo que hay que tener cuidado es con la narrativa que manejan los mercachifles de la verdad, cuentabolas que jamás alzaron la voz contra regímenes que perfilaron nuestra actual realidad y son tan culpables como el que más de que hoy seamos tan susceptibles a la desgracia.

En realidad ninguna autoridad, local o federal, ni cien Gatelles, ni el gran consejo de sabios, ni la OMS, ni la vacuna rusa van a poder excusarnos de lo que es estrictamente nuestra parte en la responsabilidad global y que continúa siendo el distanciamiento social.

Hoy México celebra el aniversario de su nacimiento como la Nación rica y pobre, orgullosa y vergonzante, agachona y valiente, pueril y profunda, que somos. 

Pero por muchas que sean hoy sus ganas de dar El Grito, sea por favor antes que nada un buen mexicano y absténgase de hacer reuniones multitudinarias.

Hágase un pozole, unos sopes o el antojito de su predilección y celebre con los de casa. Hoy, como en 1810, estamos en pie de guerra, nomás que el enemigo resultó ser de lo más extraño e inesperado. Sea buen soldado y… ¡Que viva México!