Los padres y madres que trabajan tendrán un “respiro” con la reactivación de las guarderías y estancias infantiles; ante esto, se considerarán protocolos tales como pruebas COVID-19 para el personal que labora allí, así como como para padres y menores que utilizan este servicio.

Ayer, el alcalde de Saltillo, Manolo Jiménez dijo que a partir del 8 de junio se reanudará este servicio, esto luego de que así lo decidiera el Subcomité Técnico Regional COVID-19 Sureste.

“Todo el personal, tanto maestras y maestros quienes trabajan en la guardería o estancia infantil, así como los papás de los niños, se realizarán una prueba, al igual que se estarán haciendo, con autorización de los papás y respetando todos sus derechos, una prueba aleatoria también a las niñas y los niños en las estancias infantiles”, subrayó.

Jiménez detalló que tras la reactivación económica que comienza en la Región, al ser una actividad esencial, las estancias infantiles podrán abrir sus servicios bajo los protocolos de Sana Distancia, lavado de manos, uso del cubrebocas, evitar el saludo de beso y extremar precauciones para que los menores no compartan alimentos, utensilios y material.

En tanto, las estancias deberán de limitar su aforo al 40 por ciento de su capacidad habitual, y deberán dar prioridad en su servicio a los padres y madres de familia que demuestren haberse reincorporado de manera física a sus empleos.

Los menores que regresen a las guarderías deberán contar con su propia colchoneta y material lúdico personal, y pasar por los filtros sanitarios que las instalaciones deberán tener, como una estación desinfectante y gel antibacterial y tomar la temperatura a los niños.

Finalmente deberán negar el acceso a niñas y niños con sospecha de COVID-19, en especial a aquellos infantes que presenten fiebre y antecedentes de contacto con personas enfermas y contagiadas de coronavirus.

DARÁ AUTORIDAD PRUEBAS MIENTRAS PUEDA

Jaime Guerra, coordinador del Subcomité Técnico Regional COVID-19 Sureste, aseguró que las pruebas serán surtidas por la Secretaría de Salud y que ni las estancias infantiles ni los papás habrán de gastar en este proceso, mientras la autoridad pueda.

“La intención no es hacer que ellos las paguen (las pruebas), la intención es que hagamos los cercos y que el Estado provea; y que el Gobierno les diga también ‘mientras el Gobierno pueda’; llega un momento que ya se te acaba tu capacidad de compra de pruebas y algunas empresas (guarderías) lo tendrán que hacer”, añadió Guerra.

Ante esta situación, Hilda, propietaria de una estancia infantil al sur de la ciudad, sostuvo que aunque es una institución particular el costo de estos exámenes no está contemplado dentro de sus gastos fijos y que por el momento, debido a los pocos ingresos que tuvo durante la emergencia no contaría con la solvencia para realizar una inversión de este nivel. (Con información de José Reyes)