‘Da esperanza a los que somos católicos’

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‘Da esperanza a los que somos católicos’

Estoicos. Soportando el frío, miles acompañaron al Papa. Foto: El Universal
Para Carmen Fernández las palabras de Francisco son “certeras” y se dirigieron a todas las clases sociales

CIUDAD DE MÉXICO.- Los primeros discursos y homilías del papa Francisco conquistaron a Norma Hernández, quien nunca antes había salido a conocer a un Pontífice.

Originaria de Ojo de Agua, un poblado en el Estado de México, no buscó una invitación para asistir a la misa que se celebró en Ecatepec, muy cerca de donde está su casa.

Sin embargo, después de escuchar las palabras que el líder religioso ofreció en Palacio Nacional y en la Basílica se decidió a ir a ver al Obispo de Roma, aunque fuera solamente durante unos segundos, en las inmediaciones del Campo Marte, antes de que Francisco volara hacia Ecatepec, en helicóptero.

Ella llegó desde las 4:00 de la mañana al Auditorio Nacional. Envuelta en cobijas y chamarras resistió el frío. Poco después de las 10:00 de la mañana finalmente lo vio. “Su mensaje en contra de la corrupción y la violencia nos da esperanza a los que somos católicos”, dijo.

UNA GRAN ADMIRADORA

A un costado del Campo Marte, Pilar Palafox se declara admiradora del papa Juan Pablo II, a quien no perdió oportunidad de ir a ver en su última visita a México, pero considera que Francisco es un líder natural para los jóvenes. Su gran virtud, advierte, es su lenguaje claro y sin rodeos que le gusta a los millennials.

“Creo que el Papa mismo lo dijo, la población de México es sobre todo de jóvenes, pienso que a ellos les gustan las cosas claras y precisas.

LO SALUDAN MEDIO MILLÓN

Con banderas del Vaticano, que se vendieron de forma discreta a 20 pesos entre las filas que se realizaron para ver por unos segundos al papa Francisco en el tercer día de actividades en México, fueron en total 550 mil los capitalinos que esperaron, incluso por horas, el paso del vehículo que transportó al primer pontífice latinoamericano, no sin expresar su desilusión porque en su regreso a la Nunciatura utilizó un carro cerrado.

En la ruta de la Nunciatura a Campo Marte hubo 180 mil personas, quienes esperaron el paso del papamóvil.