Cursos de verano

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Cursos de verano

Los meteorólogos lo confirman. En España, durante el verano no se prevén olas de calor intensas, aunque será seco y quizás solo en comunidades del Mediterráneo como Cadaqués en Girona, población en donde se refugiaba Salvador Dalí, o en Altea, en la provincia de Alicante, preferido del poeta español Rafael Alberti, puedan presentarse altas temperaturas.

Así que la península ibérica será el sitio ideal para los fieles creyentes de que su destino está marcado por los astros, para aquellos que creen que la suerte les ha sido revelada en el Tarot, o los que han confiado su salud a curanderos, homeopatía, acupuntura o cualquier clase de “medicina alternativa”.

En España coincidirán los que creen en fantasmas, fenómenos paranormales, telepatía, sesiones espiritistas o los que creen que los ovnis nos visitan de otras galaxias dejando como rastro, fotografías borrosas o videos de dudosa calidad.

Y es que hace unos días, se anunció que un grupo de 17 universidades de ese país, llevaran a cabo cursos de verano y hasta una “Cumbre de pseudociencias”. Los temas a enseñar son variados, por ejemplo, la Universidad de Málaga, que es donde se ha anunciado se llevara a cabo la “Cumbre”, está ofreciendo un curso de verano del 18 al 22 de Julio en donde usted podrá aprender de temas como la medicina antroposófica, la bioneuroemoción, la medicina china sobre el cuerpo energético o la homeopatía, entre distintas prácticas.

Por su parte, en la Universidad Internacional de Andalucía se impartirán interesantes y simpáticos cursos que van desde la Bioneuroemoción, homeopatía o agricultura biodinámica.  En esa misma comunidad andaluza, la Universidad Pablo de Olavide ofrecerá talleres de ¿Inteligencia emocional? En Cantabria, usted podrá tomar un curso que llevará como nombre “Mindfulness y terapias opciones en el ámbito del envejecimiento activo y saludable”, y la forma de recibir a plenitud las radiaciones electromagnéticas para descubrir manantiales o la geomancia que, de acuerdo con lo que consulte, sus seguidores creen en los poderes adivinatorios y en una “energía vital” que ellos logran controlar.

Pero la capital española no podía quedarse atrás y la Universidad Complutense, la misma institución en donde estudiaron Severo Ochoa y Santiago Ramón y Cajal, ambos ganadores del Premios Nobel de Medicina, ofrece en este verano el curso “Fe en Dios creador: ciencia y ecología en el siglo 21”.

Así que España se convertirá en la capital de las pseudociencias, pues ahí estarán los que apoyan la teoría creacionista, astrólogos, ufólogos, parapsicólogos, “profesionales de la medicina alternativa” y cualquier persona que se ha desviado de la corriente científica.

Pero, cómo saber los limites entre la ciencia y la pseudociencia, si a veces son casi invisibles. Y es que cómo culpar a una persona que mejoró su condición de salud utilizando “chochos”; o si alguien se siente mejor utilizando una pulsera magnética será difícil convencerlo de que eso no sirve de nada.

Y es que aunque a veces no nos guste, la única verdad es que la ciencia es un conjunto de métodos destinados a la comprobación de hipótesis y teorías, que si una comunidad de científicos las adopta activamente y luego se extienden a través del campo y se incorporan en la investigación que produce conocimientos útiles que nos ayudan a resolver problemas de salud, medioambiente o en entender mejor el universo que nos rodea, entonces eso es ciencia.

Por el contrario, las pseudociencias nos presentan falsas dicotomías y aun y cuando discutes con quienes las aceptan, llegan a lanzar dichos como “Se ha demostrado que funciona”; estos muy pronto se topan con la verdad, pues la objetividad de la ciencia opaca a la subjetividad de las creencias.

Los sesgos cognitivos, nuestro intento de reconocer patrones inexistentes, o la necesidad de en algo, sea por superstición, ignorancia, costumbres, han estado presentes entre nosotros por milenios. El verano español se acerca y está más presente que nunca pues ahora, las pseudociencias han entrado hasta a las universidades, lo que nos lleva a comprobar aquella afirmación del científico inglés Thomas Henry Huxley cuando dijo: “El nacimiento de la ciencia, no fue la muerte de la superstición”.

@marcosduranf.