“Tienes un trabajo, tu exnovio te hizo un trabajo, por eso los doctores no encuentran el mal que tienes, no es una enfermedad, es un amarre”, fue lo que me dijeron cuando entré a una hierbería donde además de ser eso también hacen trabajos; te leen la mano y las cartas, la verdad es que yo no estoy enferma, no me siento mal y no tengo un exnovio con las características que me dijo la señora que ofreció curarme.

El lugar donde me pudieron haber estafado si de verdad hubiera ido en busca de ayuda, se encuentra en la calle Acuña –en la Zona Centro- donde hay varios sitios que se dedican al mismo giro.

Saludé, pregunté quién era la que me podía atender, del fondo salió una voz, ella estaba sentada y me pidió que pasara. Empecé a decirle que me sentía muy mal y que nadie podía descubrir qué tenía, me tomó la mano derecha y empezó a ver mi palma, me dijo que yo no estaba enferma y que mi exnovio me había enterrado en un panteón.

Luego de seguirme diciendo que me habían hecho un trabajo, continuó: “necesito que me dejes 200 pesos porque estas enterrada en un panteón y necesito ir a buscar en que panteón te enterró, luego de eso te diría que veladoras necesitas, también necesitas una gallina negra, una sábana blanca y  materiales que te iré diciendo”.

Dijo que si no se realizaba ese trabajo las cosas empeorarían.

Cuando le cuestioné el precio del trabajo, dijo que me lo daría hasta ver que tan grave era. Esa mujer no tenía ni idea, pues no me siento enferma, tampoco tengo un exnovio bajito y aperlado; no necesitaba de su “ayuda”.