Cultura en línea, cultura virtual

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Cultura en línea, cultura virtual

Especial
La entrega de hoy gira en torno a tres temas pertinentes como actuales: los recursos de la cultura como vehículos de validación hacia una hegemonía política. Diversas conjeturas en torno a la oferta cultural “en línea” así como sus difusos alcances; y finalmente, los deslucidos festejos en torno al aniversario 443 de nuestra ciudad

Arvide y la cultura en Coahuila

El reciente nombramiento por parte del gobierno federal de la polémica periodista Isabel Arvide como cónsul en lo que fuera la antigua Constantinopla -hoy Estambul- generó una ola de repudio, debido a la nula experiencia diplomática de la autora de “Mis generales”; además de su innegable cercanía con el viejo régimen, que alcanzara su momento culminante al convertirse asesora de seguridad del gobierno de Humberto Moreira y  ser artífice del fallido “Modelo Coahuila”, durante los años más cruentos de la crisis de seguridad en nuestro estado, hace ya casi una década.

Los comentaristas locales se volcaron en furiosas diatribas por la inusitada decisión de “premiar” a un personaje tan cuestionado como controvertido.

Muchos de los que hoy viven buscando las razones para todos nuestros males más allá de las fronteras del estado prefirieron omitir que dicho personaje, aún sin formar parte de una estructura institucional alguna- entre 2008 y 2010- tuvo en Coahuila un papel preponderante en la coordinación policial y militar que se impuso acá. Y que su poder real no sólo se circunscribió a la esfera de lo político y lo policial, sino también al mundo de la cultura. Tanto, que el gobierno de aquel entonces tuvo a bien publicarle “El enemigo está en casa”, una novela presuntamente policiaca que pasaría al olvido a pesar de presentarse -según nota del Siglo de Torreón- con una mesa de lujo conformada por el entonces subsecretario de asuntos políticos y dirigente estatal del PRI, Rubén Moreira, la  hoy magistrada Myriam Cárdenas y el entonces coordinador de literatura del Icocult Julián Herbert, quien junto a Miguel Gaona fuera el encargado de aquella edición. ¿Qué pasó -en lo literario- con ese libro? Absolutamente nada. Como ya se escrito, pasó a formar parte de aquellas decenas de libros que conformaron una estrategia en la construcción de una hegemonía cultural fallida, que buscó revestir de capital cultural a ciertos personajes políticos. En la misma intención y alcances de aquel esquivo volumen de textos periodísticos firmado por un ex gobernador -también editado y prologado por Herbert- fenómeno recurrente de aquel tiempo que ya ha sido estudiado por un servidor en artículos como “La invención de Moreira”, publicado en la revista Replicante.

Aniversario de Saltillo

Si el tema de los festejos por la fundación de nuestra ciudad en la presente administración municipal desde hace varios años ha sido cuestionada también por tomar visos, más que de genuino festejo popular, de cumplimiento de caprichos personales, festivales de rodeo, millonarios conciertos más que populares, populacheros; mítines con intenciones electoreras y partidistas -ingeniería social le dicen ahora-, el año de la pandemia  no hizo más que agudizar y evidenciar estas taras. Eventos raquíticos, presentaciones a puerta cerrada o para un público selecto, transmisiones en línea, develaciones de placas y más placas -entre más corriente el material, mejor-; en resumen, el regodeo en provincianas formas de culto a la imagen, refrito de obras, publicaciones, “reinauguraciones”, explotación hasta el cansancio de los mismos eventos, programas, personajes, artistas, pastorelas y muchos vídeos con evidente menor calidad, por ejemplo, a los incluidos en el proyecto en línea de la SEC estatal. Y un dato curioso. Mientras unos vídeos alcanzaban apenas el centenar de las reproducciones (¿A quién se le antoja ver al ex asesor Armando Guerra hablando de sí mismo durante 50 minutos?) otros pocos, según sus metadatos, registraron más de 5 mil reproducciones. Surge entonces la pregunta ¿Los famosos bots municipales, tan activos en la pugna política digital, desgastan sus deditos ahora en auto complacer y engordar los índices virtuales de la cultura en línea y su aparente consumo?

¿Cultura en línea o cultura virtual?

Así, tanto a nivel municipal -pero sobre todo a nivel estatal- la estrategia de ofertar productos, eventos y programas culturales por la vía digital aún está en proceso de realmente saberse los verdaderos alcances y cualidades, así como su impacto real en los públicos tentativos.

Surgen las conjeturas:

¿Vale la pena el trabajo, la inversión, el tiempo, el pago de honorarios y publicidad digital para vídeos con menos de cien reproducciones?

¿Estas reproducciones se miden a la manera de plataformas, por ejemplo, como Netflix, que puntúa como “reproducción” el momento en que alguien da play, aunque abandone el visionado a los pocos minutos?

¿Por qué gran parte de la oferta fuera de convocatoria surgida desde la SEC ha preferido muchas veces la participación de personajes foráneos -incluso desde la Ciudad de México- como si acá en el estado y la capital no existieran especialistas en ópera, literatura, artes visuales, dramaturgia, culturas populares, patrimonio?

¿En qué momento nos saturaremos -o ya nos saturamos- de charlas, conversaciones, presentaciones, teleconferencias, diálogos, conversatorios, monólogos? ¿Qué otras nuevas estrategias, dinámicas o herramientas vendrán a refrescar este formato de transmisión que amenaza con agotarse en lo inmediato?

Finalmente ¿Por qué no les han pagado sus honorarios a los artistas que respondieron al programa de cultura en línea? ¿Es cultura virtual porque sus honorarios son virtuales también?

Dicen mis fuentes en la SEC que el recurso federal ya ha llegado por lo menos a Finanzas del Estado. Que de ahí pasa a las oficinas de la Secretaría de Educación, donde la agilidad del trámite -como pasó con el evidente retraso en los pagos de la pasada FILC- depende de un señor de nombre Higinio González ¿Sabrá éste y otros funcionarios que dicho recurso está destinado para atender una situación de emergencia?

¿Cultura en línea es cultura virtual? La respuesta nos la dará el tiempo.

 

alejandroperezcervantes

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Twitter: @perezcervantes7