Cuidemos a la familia

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Cuidemos a la familia

“La familia es una fábrica de esperanza, y en  ella existen dos puntos muy importantes: los Niños y los Abuelos. Porque los niños son el futuro de la humanidad y los abuelos la memoria de la familia que nos trasmite la fe, muestra de amor. Un pueblo que no sabe cuidar a los niños y a los abuelos es un pueblo sin futuro y sin fuerza y sin memoria” S.S. PAPA FRANCISCO.

La Familia, es el núcleo más importante de nuestra sociedad. De la humanidad en sí. Desde el principio de la creación,   fue la familia quien inició   la formación del  mundo en el que vivimos y morimos. ¿Cómo vamos a conseguir tener una familia que llene todas nuestras aspiraciones de felicidad? Tal vez no resulte fácil, más no imposible si en ello ponemos Verdad, Amor y Belleza. Esto nos generará la alegría de vivir porque las dificultades se superan con amor, que es fiesta, es gozo, es seguir adelante. El desamor, la falta de fe y dedicación hacia nuestra familia sólo genera dificultades y hasta odio.

Esta columna me permite conocer a muchas personas. Y cada una de ellas tiene una interesante historia. Como la que me contó Alejandra y que, francamente, escribo como ella la contó: “las mías son remembranzas de un pasado lejano ya.  En ellas regresaré a mi infancia, a echar una fugaz mirada a lo que fue y ya no será más. Estaré de visita en el lugar que me toco nacer, sólo de pasada. 

Tengo una nueva existencia en la que sembraré nuevas raíces. Raíces que un día serán tan profundas, tan arraigantes que ya no podré cortarlas jamás. En ellas hay penurias, humillaciones, dolores muchos; sin embargo esto ha templado mi alma aun cuando no he podido cortar por entero aquellos recuerdos de una niñez que empezó feliz y que, a muy temprana edad fue cambiando por un destino desconocido, lleno de preguntas no contestadas. De anhelos inciertos cuando no se sabe todavía, el qué, el cómo, el cuándo y el a dónde. La vida es una lucha constante y me enseñó a vivirla con esperanza, con alegría, y sobre todo, con mucho amor. Amor a ti misma y extenderlo a tu alrededor. Mi felicidad empezó cuando formé parte de una familia y mis padres me recibieron con inmenso júbilo. Ahí encontré las primicias del amor y la seguridad de que la vida te sonríe si  eres capaz de sonreír, de soñar de crear, de esperar y lograr tu plenitud. El camino no es corto, pero tampoco muy largo. La vida es tan corta, que en algunos momentos la comparo con un  profundo suspiro que va terminando poco a poco con una exhalación plena. La emoción de lo inesperado, de lo no pensado, nace de lo sentido. De lo que llamamos corazón. Es algo inefable, ni tangible ni visible; pero tan retribuyente que te impulsa a dar el siguiente paso hacia adelante”.
Y así terminó Alejandra su confidencia y me encantó porque fue muy honesta y precisa.

Provoca tristeza que tantos hombres y mujeres, en aras de altas realizaciones profesionales y económicas, buscan algo que no vale lo que dejan: un hogar y una familia en manos extrañas y la más absoluta soledad, y van en busca de una libertad personal equivocada. De los dueños de un tesoro incomparable, su familia, serán segundas partes en una sociedad moderna y temporal. La familia es para siempre y trasciende por generaciones.

No siempre es fácil, mas no imposible, si estamos plenamente concientizados de que la familia debe de ser el foco principal y conformarla y conservarla partiendo del principio del amor y la comprensión, perdón y tolerancia; unidos por el vínculo de los lazos consanguíneos, llámense padres, hijos, nietos, sobrinos y demás, como son las amistades que sin llevar nuestra sangre llegan a ser tan importantes en nuestra vida que a algunos llegamos a llamarles hermanos.

CUIDEMOS LA  FAMILIA, como lo más importante en nuestra vida. Porque, al final…TODOS SOMOS HISTORIA.

M.E.L.L.