Por: Eduardo Franco Arzola

Son cuervos que no puedo ver, pero siempre han estado conmigo. Los siento dentro de mí, picándome las entrañas. Antes no les ponía atención, no les daba alimento. Tus besos y caricias eran suficientes para calmarlos.

Pero, desde que te fuiste, sus alas están moviéndose por todo mi cuerpo. Uno de ellos usa sus garras contra mi garganta, hace que mi respiración se corte por instantes. Otro golpea mi corazón. No conforme con eso, ahora lo empuja. Quiere provocar que salga de mi pecho. Hasta que uno me lo arranca. Lo escucho comérselo y no me duele. No siento nada, no sé cómo explicarlo. Aun oigo su latido, hace eco ahí dentro, aunque todavía lo confundo con el graznido de los pájaros. Tampoco te extraño. En serio, ahora nada me duele. Crie cuervos y me comieron los sentimientos.

Eduardo Franco Arzola. ESTUDIANTE

Eduardo Franco Arzola (Cuatrociénegas, Coah., 2000).

Cursó el CBTa No. 22 y fue miembro por tres años del taller literario “Ficciones desde el desierto”. Cuando aun estaban de moda las creepypastas, fue su fan. Ha publicado en la revista escolar La Tamalera, sus relatos “Cuervos” y “Con un hueco en el estómago”. De escritura breve, crea relatos con poca regularidad. Hay que rezar a los dioses del anime para recibir uno cada mes.