'La venganza de los nerds' según Santiago Roncagliolo

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'La venganza de los nerds' según Santiago Roncagliolo

El escritor peruano Santiago Roncagliolo llega hoy a Saltillo con una novela bajo el brazo que muestra lo que pasa cuando los chicos raros de la escuela deciden tomar venganza, el autor nos habló en exclusiva de su libro ‘La Noche de los Alfileres’

¿Qué pasa cuando los Goonies se ponen violentos y deciden torturar a sus maestros? Esta interrogante es suficiente para que den ganas de adentrarse en la nueva obra de un autor que sigue apareciendo en la lista de los mejores escritores contemporáneos de Latinoamérica. Sus credenciales incluyen el premio Alfaguara de Novela por la violenta y seductora ‘Abril Rojo’, una obra que además fue llevada al cine, pero al escritor, dramaturgo, guionista, traductor y periodista Santiago Roncagliolo no le interesa hablar de condecoraciones, en cambio no puede parar cuando habla de los oscuros resortes que mueven a sus personajes. 

El miedo es un tema que lo apasiona y el thriller el género en el que mejor se desenvuelve, gracias a México el humor negro está presente en todas sus obras y los personajes arrastrados al límite son una constante en sus relatos. ‘La Noche de los Alfileres’ es la obra que lo trae a Saltillo y tiene todos esos ingredientes y además está salpimentada con algo que no nos es tan ajeno: bombas, toques de queda, apagones, secuestros y muerte. Y en medio de todo eso, se asoma la esperanza, el amor, la inocencia y el despertar sexual de un grupo de chicos que mueren por vivir en medio de la barbarie.   

¿Qué recuerdos te devuelven a tu infancia en México?
“Debo ser la única persona que recuerda a México como un lugar tranquilo, bonito, apacible. Para mí fue como el paraíso perdido, porque cuando regresé a mi país, Lima era una ciudad en guerra”.

¿A la distancia, crees que influyó nuestra cultura en tu obra?
“Con el paso del tiempo me he dado cuenta que me he convertido en un escritor que habla de los miedos y la muerte. Supongo que no deja de estar relacionado con haber crecido en un lugar en el que comprábamos esqueletos de azúcar, visitábamos a las Momias de Guanajuato y decorábamos la casa con Catrinas. En mi obra se asoma ese culto a la muerte, ese humor macabro, negro y gracias a eso me entiendo muy bien con los mexicanos, porque todo eso lo mamé de su país”.

¿Aquí te iniciaste en la lectura?
“En México leí mi primera novela pero no fue de un mexicano. Se trataba de ‘Tiburón’ de Peter Benchley. Mi padre era un poco maniático de la cultura y a los ocho años me dijo que ya estaba bien de leer cuentos con dibujitos y me fui a una librería y vi una portada con un tiburón persiguiendo a una chica semidesnuda y dije ‘quiero ese’, mi papá le preguntó al librero que de que trataba y éste le dijo que era una novela revolucionaria y mi padre encantado. Pero él se refería a que revolucionó el género de fantasía y mi papá me la compró porque me imaginaba como un pequeño Che Guevara”. 

¿Tu regreso de México a Lima está mucho en tu nueva novela, cuando Sendero Luminoso aterrorizaba a la población?
“La novela habla de esa etapa, de mi adolescencia. Digamos que llegué a un lugar en donde había bombas, asesinatos, toques de queda, apagones, redadas, tiroteos y esta obra habla de quiénes éramos nosotros en medio de todo eso. De cuatro chicos que mientras el mundo revienta a su alrededor, están pensando en conseguir una chica. Porque estando en un lugar tan peligroso no sales de tu casa, te encierras y no puedes ir a un barrio muy lejano porque podría haber un apagón y quedarte ahí. No podías ir a fiestas porque podría haber toque de queda y te podrían disparar cuando ibas de regreso a casa”.

¿Y en ese entorno qué representaron los libros para ti?
“Todo, porque además no había Internet. Para nosotros no había más que libros y televisión. Yo crecí leyendo a García Márquez y luego veía ‘Alfred Hitchcock Presenta’, leía a Vargas Llosa y veía luego ‘La Dimensión Desconocida’. Nunca vi diferencia entre alta y baja cultura y ese es mi proyecto creativo, mezclar ambas cosas. Las series de terror, las películas de asesinos en serie tenían  más que ver con mi mundo que García Márquez y su Realismo Mágico. En cambio leía a Rulfo, que era un autor de fantasmas, y me encantaba ese mundo en donde todos estaban muertos. Me gustaba también mucho ‘Aura’ de Carlos Fuentes porque me parecía una novela gótica, siniestra, muy sexual. El miedo es mi gran tema”.

Tristemente acá en el norte del país, el miedo y la violencia es algo muy cercano a nosotros gracias al crimen organizado.
“Lo sé muy bien porque voy mucho a México. Pero yo diría que la violencia en América Latina está en nuestro ADN. Primero fueron las dictaduras, luego la guerrilla, después la delincuencia común y ahora los narcos. La posibilidad de que te peguen un balazo en la cabeza en algunos sitios de Latinoamérica es mayor a que cuando había guerra”.

Tus personajes son justo eso, almas aterrorizadas, personas comunes llevada al extremo, llena de miedos.
“Eso es lo que me interesa mostrar en mis libros. El miedo es mi tema, primero por la experiencia que yo viví, pero como periodista he conocido delincuentes, terroristas, sicópatas y siempre me ha impresionado lo normales que son. Siempre me pregunto que habría hecho yo si en vez de ser un adolescente de clase media que lo tuvo todo, hubiese tenido otra vida. Truman Capote sentía una fascinación por el asesino de ‘A Sangre Fria’, decía que no era tan diferente a él, que podría estar sentado uno en el lugar del otro sin mucho problema. Me interesa que te preguntes qué tan loco estás tú, que tan fácil podrías llegar a los límites”.

Lo sorprendente es cómo brincas de un género a otro y terminas escribiendo cuentos infantiles llenos de luz.
“El núcleo es siempre el mismo, plantearme cosas que me asustan o seducen y de ahí ver que género se acomoda más. Para mi es casi necesario escribir para niños, porque aunque escribo cosas oscuras, no soy una persona oscura. Además encuentro algo terapéutico en escribir para niños. Los niños son un público muy directo y te dicen ‘tu historia me aburre’ y pueden ser crueles, pero ellos quieren historias que los atrapen, que los hagan volar y sentir. Cuando haces un libro para niños recuperas lo básico: la imaginación y la sensibilidad. 

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¿Cómo lograste encontrar tu voz, zafarte del peso de la Generación del Boom y enterrar a ese padre literario que es Vargas Llosa?
“Ese papá está más vivo que nunca y va a seguir ahí porque tiene la salud y la fuerza de un toro. Vargas Llosa nos va enterrar a todos. Sin embargo, la gente de mi edad al fin ha podido imponer una voz diferente luego del Boom, pero francamente yo no creo que la verdadera diferencia seamos nosotros, la verdadera son los lectores. Estamos ante una generación que lee. Los escritores del boom se permitieron ser brillantes y lo eran pero en realidad eran respetados por la crítica, la alta cultura, escribían para ser traducidos. Ahora los jóvenes de 20 años quieren disfrutar de los libros y no ponerlos en un programa curricular, están ávidos de historias y a nosotros nos tocó la suerte de estar ahí para contarlas”.

¿Y tú a qué autores actuales mexicanos disfrutas leer? 
“Siempre leo a los mexicanos. A Guadalupe Nettel, Xavier Velasco, están también los autores que fueron un referente cuando yo empecé como Jorge Volpi o Ignacio Padilla que ya murió, ellos nos enseñaron que se podía escribir diferente. Últimamente leí el ensayo sobre oriente que hizo Maruan Soto. también me ha encantado la novela ‘El Salvaje’ de Guillermo Arriaga, que por cierto lo conocí y es muy cariñoso y es raro porque leyendo lo que escribe piensas que va a sacar un cuchillo y te a atravesar en cualquier momento. De los coahuilenses leí de Julián Herbert la historia de la matanza de chinos en Torreón y también a Carlos Velázquez lo leí hace tiempo y nos conocimos. De los violentos del norte está Elmer Mendoza que tiene un personaje policía igual que yo y lo leo para robarle cosas”.

¿Cómo te sientes cuando apareces en las listas de los mejores escritores jóvenes de Latinoamerica?
“Feliz. Todos los escritores somos muy sensibles a que nos masajeen el ego. Por supuesto que recibo eso muy contento, pero para mí lo más importante es saber que esta carrera es muy inestable, y que habrá buenos y malos momentos. No soy un ejecutivo de una empresa en la que vas ascendiendo, acá subes y bajas y por eso trato de ser un poco distante y no tomármelo muy en serio, porque después el fracaso te golpea duro y te tumba”.

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¿Cómo les venderías a los lectores saltillenses la novela que presentarás mañana en la Feria del Libro?
“La Noche de los Alfileres’ es un thriller sobre la adolescencia y una historia con mucho suspenso y humor negro que habla de lo que ocurre cuando los ‘nerds’ del colegio, los raros de la escuela, deciden cobrar venganza”.

Presentación del libro: “La Noche de los Alfileres”
> Presenta: Gerardo Segura y el autor
> Salón de las Letras
> Sábado 6 19:00 horas

Santiago Roncagliolo en la FILA17
> Cátedra Alejo Carpentier
> Conferencia: “El Terror en la Literatura Latinoamericana”
> Viernes 5 de mayo
> Salón Alejo Carpentier
> 19:00 horas“En Saltillo les hablaré de los personajes de mi novela que son una especie de ‘goonies’ que torturan a sus maestros”.