Cuenta regresiva

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Cuenta regresiva

Mientras los otros protagonistas se masacraban entre sí con revelaciones que dejan ver su verdadera naturaleza, Guerrero concentró sus esfuerzos en darnos su visión de los problemas de Coahuila y sus propuestas de solución.

Estamos a siete días de la celebración de comicios en el Estado, en los cuales la elección clave será la de Gobernador de Coahuila. No enfrentamos un proceso ordinario, pues ocurre en un estado avanzado de descomposición de nuestro sistema político, caracterizado por la conformación de una partidocracia que ha engendrado una auténtica cofradía del mal, dedicada en cuerpo y alma a la extracción de rentas públicas para el beneficio personal. Nada importan las ideologías, todo lo avasallan los intereses; y la ausencia de escrúpulos es una virtud premiada por las intrincadas redes de complicidad articuladas con el único fin de maximizar el agravio al patrimonio común.

Y es en las entidades federativas en donde las llagas de esta descomposición supuran con mayor abundancia y pestilencia, pues en este ámbito de gobierno, quien conquista el poder tiene aún las “manos libres” para operar a voluntad. Por eso quienes habitamos estas tierras testificamos los excesos del saqueo grosero de los presupuestos y, cuando estos se agotaron, de los recursos obtenidos ilegalmente a través de la hipoteca de nuestro futuro.

Ahora, emulando a los cárteles de la droga, los grupos que regentean el control de los partidos políticos, se disputan sin piedad el territorio, dispuestos a reclamar vorazmente su botín de combate.

Aún en este entorno tan sombrío, sobreviven personas honorables en casi todos los partidos. Sin embargo, sus esfuerzos son neutralizados por una mecánica de funcionamiento que promociona y promueve por lo negativo.

Por eso hemos de agradecer la opción abierta por la candidatura de Javier Guerrero a los electores de Coahuila. No se trata de un político improvisado, pues durante décadas abanderó las mejores causas al interior del PRI. A lo largo de su trayectoria, se desempeñó como alcalde de San Pedro, diputado federal en varias legislaturas, colaborador de Luis Donaldo Colosio en la Sedesol y en su propio partido, secretario de Finanzas y de Desarrollo Económico en el Gobierno del Estado y subsecretario del Gobierno Federal en la Secretaría de Desarrollo Social. En todas sus responsabilidades se destacó por su seriedad y capacidad de trabajo y siempre rindió buenas cuentas, pues no se le conoce un patrimonio no respaldado por una prolongada y exitosa carrera profesional.

La mejor prueba de su probidad es el escrutinio al cual ha estado sometido durante esta campaña, fuera ya del manto protector del sistema. En los dos debates organizados por el IEC y el realizado en la Universidad Iberoamericana de Torreón, fue el candidato menos cuestionado y quienes lo criticaron carecen de solvencia moral para hacerlo: ¿cómo olvidar la fotografía tomada en el salón de sesiones de la cámara de diputados en la cual la ahora abanderada del PRD, en esa época legisladora federal, y el todavía gobernador de Coahuila flanquean y festinan la toma de protesta como diputado federal de Julio César Godoy, hermano del exgobernador de Michoacán, acusado de nexos con el narco, quien fue introducido en San Lázaro en la cajuela de un automóvil?

Así, mientras los otros protagonistas se masacraban entre sí con revelaciones que dejan ver su verdadera naturaleza, Guerrero concentró sus esfuerzos en darnos su visión de los problemas de Coahuila y sus propuestas de solución.

Su campaña ha sido singular por varias razones: la pertinencia, calidad y claridad de su oferta política; su indiscutible capacidad crítica constructiva; la solvencia de sus argumentos en el debate público; la congruencia entre su discurso y sus acciones.

Además del contenido, también han destacado los mecanismos adoptados para hacer llegar su mensaje a los votantes: los espectaculares, las inserciones pagadas en los medios impresos y los anuncios en la radio o la televisión, han sido reemplazados por la comunicación digital, mucho más directa y accesible y, sobre todo, por un largo peregrinar en busca del diálogo directo con los ciudadanos.

Gracias a la partidocracia a la mexicana, por las razones externadas arriba, las opciones de elección que tenemos los votantes son bastante raquíticas. Ahora dispondremos de una alternativa creíble en la boleta, será nuestra decisión aprovecharlo o no, pero no podremos quejarnos de no haber tenido la oportunidad de elegir a una persona competente y honorable para asumir un cargo público tan importante como el de Gobernador de Coahuila.

adavila_mx@yahoo.com.mx