Cuatro personajes y un pueblo

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Cuatro personajes y un pueblo

El Papa Francisco viene a encontrarse con cuatro personajes que han hecho la historia de un pueblo con cuatro rostros y que nos recuerdan el adagio “dime con quién andas y te diré quién eres”

El Papa se encontrará con un personaje central de la historia de México al que no se le da crédito “histórico oficial” en su influencia tan determinante para crear la identidad mexicana. Irá a buscar el rostro de la Virgen de Guadalupe no como turista, sino como un creyente que profesa su maternidad divina. Ahí también se encontrará con un pueblo muy plural. Algunos de ellos son católicos por herencia, otros por costumbre familiar o social, otros por una libre convicción, otros por una Fe tan incorporada a su vida personal que determina sus actitudes y relaciones cotidianas. La inmensa mayoría de ese pueblo sufre pasivamente la corrupción y la injusticia de las instituciones, las dificultades de la salud, del empleo, de la ignorancia y de la marginación social.

En Michoacán se encontrará con otro gran personaje de la historia mexicana cuyo legado civilizador trasciende los siglos: Don Vasco de Quiroga. Un hombre que ejerció la justicia desde la Audiencia de México y luego ya obispo cultivo a cada pueblo indígena con un oficio específico para cada uno y llevar a cabo su Utopía de vida comunal. Ahí el Papa se encontrará con los indígenas purépechas y rendirá homenaje a sus costumbres y a su talento, a la fe centenaria que resuena en sus melodías y en la sencillez de su vida, pero sobre todo a una cultura que subordina la economía a la persona. Una bandera muy preferida en sus cuestionamientos a  la presente cultura mundial.

En Chiapas se encontrara con la rebeldía de Fray Bartolomé de las Casas que defendió la dignidad y la racionalidad de los indios en las Cortes Españolas y dará un reconocimiento con su presencia al ejercicio pastoral de la Fe y la Justicia social de don Samuel Ruiz, el Tata Vasco de nuestro Siglo. El Papa les rendirá un homenaje que la Iglesia Católica ha dejado de darles por estar vinculada todavía a criterios anteriores al Vaticano II que la hacían satanizar a estos personajes y a muchos otros liberadores de la opresión colonialista. Ahí se encontrará el Papa con los tzotziles y demás etnias que se sienten dignos de su fe y de sus costumbres pero sobre todo de su libertad.

En su última escala el Papa se encontrará con el fenómeno inhumano de nuestra cultura económica, política, individualista: los migrantes, que son la suma de toda la pobreza sin tierra, sin patria, sin empleo, sin familia, sin derechos, sin comida. En Ciudad Juárez resonará su voz que exigirá a todas las naciones y a todas las personas revivir la misericordia sin la cual la limosna es estéril, las estructuras egoístas, las instituciones explotadoras y los gobiernos corruptos… Sin el contexto del corazón todo seguirá siendo comercial e inhumano.