Usted está aquí
Cuatro obras para conocer a Campbell
Saltillo.- El 11 de junio de 2009, la Organización Mundial de la Salud declaró que el virus del H1N1 representaba ya una pandemia. El conteo de víctimas en México había sido según la cifra oficial de 1172. Después de catorce meses y cerca de 19 mil muertes a nivel mundial, la OMS dio por finalizada la pandemia el 14 de agosto de 2010.
Cuatro años más tarde, Federico Campbell volvía a la ciudad de México de su ciudad natal Tijuana, donde había estado ofreciendo una conferencia magistral sobre la vida y obra de Juan Rulfo, y recibiendo el nombramiento de presidente honorario de la feria del libro de Tijuana.
Tras su arribo a la capital, Campbell presentaba ya signos de enfermedad respiratoria, por lo que fue internado el 31 de enero bajo el diagnóstico de neumonía, con complicaciones por insuficiencia renal y dificultades cardiacas.
Sería el 5 de febrero cuando se comprobaba una sospecha poco probable, casi increíble tras pasado el tiempo en el que todo estuvo en pánico por la enfermedad: Federico Campbell había contraído el virus del H1N1.
Tras varias semanas con un estado de salud considerado como grave e intubado con asistencia mecánica ventilatoria, el escritor murió finalmente el 15 de febrero del 2014 a los 72 años.
Había nacido el 1 de julio de 1941 en la ciudad de Baja California, de donde partió a la Ciudad de México para estudiar filosofía y derecho en la UNAM, aunque no terminó ninguna.
En 1967 obtuvo la beca de The World Press Institute en Minnesota, periodo tras el cual se convirtió en corresponsal de la Agencia Mexicana de Noticias en el Washington D.C.
En 1970 partió a vivir a España, donde publicó su primer libro. A lo largo de su carrera como periodista colaboró en diarios como La Jornada, Proceso y Milenio.
Su columna ‘La hora del lobo’, fue en su momento una de las editoriales más reconocidas en el país.
El periodista Ariel González Jiménez, recuerda como cuando era editorialista de Notimex, le ofreció a Campbell un espacio y lo que este le respondió respecto al título que tomó de la película de Ingmar Bergman.
“La hora del lobo es el momento entre la noche y la aurora cuando la mayoría de la gente muere, cuando el sueño es más profundo, cuando las pesadillas son más reales, cuando los insomnes se ven acosados por sus mayores temores, cuando los fantasmas y los demonios son más poderosos”, explicó Campbell.
Sin embargo la columna terminó siendo publicada en el semanario de Milenio, donde la columna fue pronto colocada como más literaria que política.
Además de periodista fue ensayista, narrador, traductor y editor, publicando obras como La Infame Turba, Conversaciones con escritores, La Clave Morse y Periodismo Escrito.
El escritor lagunero Vicente Alfonso menciona una de sus frases favoritas del que fuera su maestro:
“La identidad construye a partir de la memoria; la memoria es lo que nos da identidad, si se nos borra nuestro pasado nos quedamos sin identidad y sin ser quien somos”.
Desde sus letras
En VANGUARDIA te sugerimos cuatro de sus obras para integrar en tu memoria la obra de Federico Campbell.