Cuatro décadas

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Cuatro décadas

Tiene VANGUARDIA 40 años de ser periódico.

Se puede considerar una juventud editorial. Son breves la niñez y la adolescencia de los diarios. Llegan pronto a esa juvenil edad en que, después de las audacias adolescentes, encuentran múltiples aventuras seductoras para la actividad reporteril y para la más reposada pluma de editoriales y columnas.

La tinta y el tiempo parecen estar conectados en el mundo periodístico. Lo efímero, lo fugaz, lo pasajero, llega y desaparece. La ensalada de noticias, comentarios, reportajes, opiniones, tiras cómicas, anuncios, llega cada madrugada como aguacero que llena una presa y, al abrirse las compuertas de la difusión, se va quedando vacía.

El papel lleva la impresión de letras, dibujos y fotos. Va doblado en secciones temáticas superpuestas. Puestos esquineros, recorridos de venta de ambulante entre los vehículos que esperan el cambio de luz, mercancía visual en supertiendas, proyectil certero en manos de los repartidores a domicilio y, ya casi no, joya mañanera ofrecida en el cantejondo de algún pequeño voceador madrugador, son los mágicos cauces para que las páginas lleguen al lector de prensa cotidiana.

Han hecho amistad periódico y café. Los sitios de soledad real también son frecuentados por las impresas noticias del día. Unos lee-periódicos privilegian los trazos de los cartonistas, otros se van directo a lo que hace reír, estos repasan los avisos enlistados, aquellos buscan ávidos la cartelera cinematográfica. Los de más allá enfocan la atención en los acertijos y juegos de palabras. Muchos ojos tras cristales se detienen para leer -en diagonal- las columnas ardientes de problemática actual.

Cada lector o lectora invierte un retazo de vida en ojear y hojear las grandes hojas incómodas que quedan después en un rincón y tendrán múltiples usos. La figura de Obama puede estarse restregando en el vidrio de una ventana. El Papa queda rociado por las manchas de aceite de un taller. Solo bibliotecas, archivos y coleccionistas conservan al periódico -sin arruga ni mancha- para nutrir, en el porvenir, la historia de este presente que será pasado.

Cuatro décadas de recoger vida y acontecimiento, de captar imágenes de la realidad, de lanzar a muchas conciencias los puñados de sucesos y de ideas para madurar la opinión de una sociedad ávida de información.

Un periódico es como una ciudad, como una gran familia, como un gran equipo, como una trenza de autonomías que buscan verdad, justicia, libertad y respetuoso amor para todos. Con la audacia de arriesgares y poder equivocarse y rectificar aprendiendo.

VANGUARDIA es compromiso de no dejar la primera fila, lejos de todas las retaguardias de la mediocridad. En el aniversario cuadragésimo, su mejor recuerdo es el haber vivido, cada día, el humilde y ambicioso intento de servir con autenticidad...