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¿Cuánto sabes sobre la píldora del día después?
¿Son iguales todas las píldoras del día después? ¿Cuáles son sus efectos secundarios y su toxicidad? ¿Por qué es de libre dispensación sin receta en las farmacias? Para responder a estas preguntas, EFESalud ha hablado con Neus Caelles, farmacéutica comunitaria en Tarragona, y el ginecólogo Ezequiel Pérez Campos.
El 15,9% de las mujeres españolas mantuvo relaciones sexuales sin protección en el año 2014, según la encuesta de Anticoncepción de la Sociedad Española de Contraconcepción.
Ante un potencial embarazo no deseado, la píldora del día después es una segunda alternativa que en ningún caso debe utilizarse como anticonceptivo rutinario.
“La eficacia anticonceptiva de un método regular (preservativo, anillo vaginal, tratamiento hormonal, etc.) es superior al 99% y en ningún caso estamos hablando de esa misma eficacia en la píldora del día después”, advierte Pérez Campos, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital General de Requena y miembro del Patronato de la Fundación Española de Contraconcepción.
Aunque se haya administrado la píldora, “si ya se ha liberado el óvulo y el espermatozoide accede hasta él podría producirse el embarazo”, aclara el doctor.
Existen dos variantes de la píldora de anticoncepción de urgencia (PAU), una de ellas contiene levonorgestrel (progestina) y la otra acetato de ulipristal, que es un modulador selectivo del receptor de la progesterona, la hormona que prepara al útero para la recepción del óvulo fecundado.
La eficacia va a depender del tipo de píldora que se administre y el tiempo que haya transcurrido desde la relación sexual sin protección, porque “el levonogestrel tiene una eficacia decreciente, que pasa del 95% el primer día, al 85% el segundo y al 59% el tercero. Con el acetato de ulipristal la eficacia se mantiene durante los 5 días”, explica el doctor.
Estas dos variantes de anticoncepción de urgencia actúan bloqueando el receptor de la progesterona, de tal forma que “impiden que se siga el proceso normal de maduración del folículo y, por tanto, que se produzca la ruptura folicular que da origen a la ovulación”, explica Pérez Campos.
Al retardar la ruptura del folículo (estructura que almacena el ovocito hasta su maduración y liberación), el óvulo no se liberaría en ese momento, por lo que no habría posibilidad de que éste se uniera al espermatozoide.
“Son anticonceptivos, evitan la concepción, en ningún caso evitan la anidación que sería el proceso siguiente que realiza el huevo fecundado incluyéndose dentro del espesor del endometrio (la capa interior del útero), por lo tanto, no es abortiva ni antiimplantatoria”, aclara el experto.