La depreciación que el peso ha tenido frente al dólar afectará a todos aquellos que desde México decidan viajar al Super Bowl LI de este domingo en Houston entre Patriots y  Falcons, si bien los boletos son menos caros en relación al 2016.

Un aficionado mexicano que viajó el año pasado a San Francisco para el partido entre los Broncos y Panthers invirtió alrededor de 70 mil pesos. Tan solo el boleto para entrar al partido costó alrededor de 3 mil dólares en la reventa, prácticamente la única forma de conseguir una entrada.

En febrero de aquel año el tipo de cambio estaba en 17.5 pesos promedio por dólar, lo que traduce el boleto en 52 mil 500 pesos, es decir el 70 por ciento del costo total del viaje.

El traslado costaba alrededor de 4 mil pesos comprado con anticipación, la renta del auto para cuatro personas implicó 7 mil pesos más y el hospedaje alrededor de mil 800 pesos por cuatro noches como promedio.

Dentro del estadio, el costo de una hamburguesa o hot dog fue de 140 pesos, una cerveza 170, un refresco 80 y un chocolate 60 aproximadamente, por lo que invirtió unos 800 pesos en los esquilmos; mientras que en los souvenirs pagó unos 5 mil pesos en la tienda oficial de la NFL.

A diferencia del año pasado, hoy el tipo de cambio está entre 3.7 y 4 pesos más por dólar, lo que haría el viaje más caro entre un 20 y 25 por ciento.

Hay factores como el hecho de que las entradas se revenden en unos 500 dólares menos respecto al año pasado. También, los mexicanos podrían llegar a Houston vía terrestre, ya que desde Monterrey se puede llegar a la sede del Super Bowl en auto con un trayecto de ocho horas.

Estas situaciones hacen que el tipo de cambio no eleve tanto el costo de ir al Super Bowl respecto al año pasado aunque de cualquier forma tendría un aumento cercano al 15 por ciento, es decir, ir a Houston tendría un costo de alrededor de 80 mil pesos.