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“Cuando algo es bueno, siempre lo será”: Tonny Bennett
Aunque Tony Bennett lleva meses celebrando su cumpleaños 90, la redonda fecha para este "tesoro de Estados Unidos y el más grande cantante de baladas de Nueva York", como lo define "The New York Times", es hoy. Eso sí, a esta leyenda viva del jazz no se le nota el paso del tiempo, pues sigue trabajando y tiene programados conciertos hasta entrado el otoño.
Tras más de 60 años en el negocio de la música y 18 premios Grammy, Bennett se encuentra en el cénit de su carrera. Su aplaudido álbum "Cheek to Cheek" junto con Lady Gaga hizo que en 2014 regresara a los titulares y se diera a conocer entre muchos jóvenes. Según la diva del pop, Bennett es "el 'gentleman' definitivo". "Con él he aprendido tanto sobre el jazz y sobre la vida", afirmó la cantante de "Poker Face". Recientemente, Bennett también actuó para Hillary y Bill Clinton. Y el título de su autobiografía, que se publicará en noviembre, no deja lugar a dudas: "Just getting started" (apenas empezando).
Según confesó una vez en una entrevista, todo se lo debe a Frank Sinatra. "Me cambió la vida. En un artículo de 'Life Magazine' subrayó que yo era el mejor cantante que había escuchado jamás. En aquel entonces, yo tenía un éxito moderado y de cuando en cuando llegaba al millón de discos vendidos, pero para mí lo importante era ser bueno, no el más famoso. Pero entonces él dijo que yo era el mejor que había escuchado jamás, y desde entonces mis conciertos cuelgan el cartel de entradas agotadas en todo el mundo". Como agradecimiento, Bennett fundó una escuela para jóvenes talentos en Nueva York y le puso el nombre de Sinatra.
La escuela se encuentra en el distrito de Astoria, en el barrio neoyorquino de Queens. Aquí nació Bennett en 1926 con el nombre de Anthony Dominick Benedetto. Su padre murió cuando aún era un niño y su madre, que trabajaba como costurera, tuvo que sacar adelante a él y a sus dos hermanas. Comenzó a cantar ya de adolescente y durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como soldado en Alemania y Francia. Un "asiento en primera fila del infierno", lo definió después. De regreso a Nueva York, comenzó su carrera con temas como "Because of You", "Rags to Riches" y el hit que lo acompañaría toda su vida: "I Left My Heart in San Francisco".
Aparte de la música, a Bennett siempre le ha gustado pintar, sobre todo paisajes y el Central Park de Nueva York. "La naturaleza es el jefe", afirma. Padre de cuatro hijos, vive junto con su tercera esposa -y unos 40 años más joven- Susan y su perro Happy justo al sur del parque. Tan a menudo como puede, se sienta en uno de sus bancos y pinta. "La mayoría de la gente es respetuosa cuando me ve pintar", cuenta. "Vengo muy temprano. Más tarde, esto se vuelve interesante y los fines de semana, imposible". Ya ha publicado dos libros de arte y tres de sus obras forman parte de la colección del Smithsonian.
Con todo, la carrera musical de Bennett ha sufrido sus altibajos. No logró imponerse dentro del panorama rock de los años 70, cayó en las drogas y sufrió depresiones. "Tuve momentos de inseguridad y oscuridad, pero logré liberarme de aquello", declaró. Pese a los momentos malos, no quiso cambiar, ni que tampoco cambiara su estilo. "Cuando algo es bueno, siempre lo será. No es necesario cambiar”.