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¿Cuál es tu excusa?
¿Quién de nosotros usamos excusas? Creo que muchos de nosotros alguna vez o varias veces en nuestra vida utilizamos excusas para desviar y evitar sentirnos culpables al no cumplir una responsabilidad. Cuando depositamos el incumplimiento de un deber a una circunstancia o personas evitamos la experiencia de aprender de ese fracaso. Las excusas frenan nuestro crecimiento ya que nos convencemos de que el error o fracaso fue a un evento exterior y está ajeno a nuestra persona para lograrlo o cambiarlo. El mejor escape es culpar a una persona o circunstancia de nuestra irresponsabilidad.
En mi vida como docente puedo enumerar un sinfín de excusas de alumnos para justificar su incumplimiento de sus deberes y tareas. Algunos ejemplos son: “Maestro, no te traje la tarea ya que mi perro se la comió”. “Profe, llegué tarde porque a mi mamá se le olvidó despertarme (alumna con 21 años)”. Es muy fácil encontrar alguna excusa para explicar alguna falta. Sin embargo, hay razones por nuestras fallas. Claro que las personas y las circunstancias juegan un rol muy importante en nuestras equivocaciones, pero nuestras decisiones son muy importantes en esta ecuación. Por ejemplo:
1.- Llego tarde a un compromiso. La circunstancia fue el tráfico o un accidente, pero mi decisión fue salir cinco minutos antes de la cita sabiendo que es una hora pico de tránsito.
2.- El proyecto no se entregó a tiempo. La circunstancia fue que se cortó la luz y el internet no funcionó para mandarlo o la excusa de la persona fue que a mi compañero se le olvidó mandarlo. Pero la decisión fue entregarlo a última hora cuando el tiempo de entrega fue de más días o la decisión fue no revisar a mi compañero de que lo enviara.
Para nuestro crecimiento necesitamos aceptar nuestra responsabilidad del error y aprender a tomar buenas decisiones. Las razones se convierten en excusas cuando evadimos la responsabilidad. Aquí está la clave de la diferencia entre una excusa y una razón. Una buena razón por el incumplimiento de algún deber es que existe una circunstancia que nos impide cumplirla a pesar de que tomamos las mejores decisiones para lograrla.
Tener solamente excusas es un muy mal hábito. Buscar culpables puede hacernos sentir mejor, pero no soluciona nada. La excusitis es un defecto que será causa de un mayor fracaso en nuestras vidas. La persona que excusa todos sus errores vivirá estancada en sus creencias falsas de sus errores y no aprenderá a corregirlos. El doctor Camilo Cruz, conferencista y creador de la historia “Tira la Vaca”, escribió la frase: “Las excusas son una forma cómoda de eludir nuestras responsabilidades y justificar nuestra mediocridad”.