Cruz Azul, el único equipo ganador y perdedor al mismo tiempo

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Cruz Azul, el único equipo ganador y perdedor al mismo tiempo

Seis finales perdidas de manera consecutiva desde su último título de Liga: Una contra Pachuca, Santos, Toluca y Monterrey, así como dos ante el América... Son el trauma histórico de Cruz Azul. Hoy, vuelve a la final, a intentar ganar un campeonato, lo que no hace desde el Invierno de 1997, cuando derrotó al León.

Parece que lo que necesitaban era que se fuera Guillermo Álvarez, acusado de corrupción, con orden de aprehensión por engañar a sus propios socios en La Cooperativa Cruz Azul. Ahora, con Víctor Velázquez y José Antonio Marín como cabezas de la empresa, han logrado ser el equipo más regular del futbol mexicano, el gran favorito para tener un trofeo que se les ha negado por muchas razones, pero —la principal— porque han tenido miedo a ganar, temor al fracaso.

Cruz Azul, más allá de las finales perdidas, es el equipo más regular y exitoso del futbol mexicano; claro, sin títulos, pero con alta efectividad. Han dominado los últimos tiempos en la Liga mexicana, pero no consiguen lo más importante: El título. Aún así, el trauma de perder el día que necesitan ganar es parte de su vida, parece el ADN de un equipo triunfador, pero perdedor al mismo tiempo; incongruencia que sólo el deporte puede explicar.

Las series de cuartos de final y de semifinales, contra Toluca y Pachuca, respectivamente, no han sido sencillas, no han sido de un marcador holgado, pero sí de un buen manejo de las emociones y de las fases de los respectivos partidos, en los que —a pesar de sufrir por momentos— han estado en control de la eliminatoria. Sin ser algo que se pueda llamar una “estrategia”, así han sido los títulos de Juan Reynoso como técnico en Perú, con el Melgar, el Universitario y el Coronel Bolognesi, con los que logró salir campeón; siempre con situaciones apretadas, pero a final de cuentas campeón.

Ese es el camino que parece seguir el Cruz Azul, equipo que ha encontrado equilibrio y regularidad de la mano de su técnico, quien —por cierto— es el último capitán en levantar un trofeo de Liga, en aquel lejano 1997, en León. Y ha encontrado, además, a jugadores que han despertado en el momento preciso, porque puede no aparecer el gran goleador Jonathan Rodríguez, pero surge Santiago Giménez, Bryan Angulo, Luis Romo o alguien más. Puede no ser espectacular, pero sí efectivo, y eso es lo que lleva a los clubes a conseguir los campeonatos.

Cada vez está más cerca este Cruz Azul de lograr ese título que tanto se le ha negado y que se ha convertido en una pesada carga. El último rival entre los cementeros y el campeonato es Santos, que —con Guillermo Almada— también ha encontrado su mejor versión en esta fase final del Guardianes 2021.

El técnico santista ha aprendido a jugar estas eliminatorias, después de que en su primera experiencia fue eliminado de inmediato, cuando había sido el mejor en el torneo regular. Ese puede ser el mayor peligro al que se enfrente este Cruz Azul, que parece haber superado la cuestión mental, porque —al momento— se ha comportado como un equipo que está convencido —como hace mucho tiempo no lo estaba— de poder salir campeón.