‘The Crown’: tan fastuosa como la monarquía
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‘The Crown’: tan fastuosa como la monarquía
Una de las apuestas más relevantes de Netflix antes de terminar el año acaba de estrenarse hace unos días: la serie “The Crown”, que relata los primeros años del reinado de Isabel II.
Para comenzar, es una de las series más caras de la historia –se invirtieron aproximadamente 125 millones de dólares para su realización– y es hasta el momento la más costosa para la plataforma de streaming. Segundo, se ha promocionado como LA serie sobre la monarquía, lo que aumenta nuestras expectativas.
Por supuesto, de entrada diré que en cuanto a producción, “The Crown” es todo lo que se podría esperar: fastuosa en sus ambientaciones, cuidadosa en su diseño de época, perfeccionista en cuanto al arte de sus escenarios, vestuarios y utilerías. Es, ahora sí, una joya de la corona.
Sin embargo, sabemos que uno puede echar la casa por la ventana cuando invita a una fiesta, y que de cualquier forma los invitados pueden aburrirse sobremanera. Creo que aquí radica uno de los retos más importantes para Netflix y “The Crown”. ¿Cómo lograr que una serie con una temática tan específica y todavía lejos de convertirse en historia antigua, pueda interesarnos al grueso de los televidentes? Y el segundo desafío es igual de importante: ¿Cómo hablar de una monarquía todavía en el poder sin sonar a lambisconería o peor, a morbosidad o chisme de TMZ (como ha sucedido con todas las versiones llevadas al cine sobre la princesa Diana)?
Por supuesto, hay una base histórica que sustenta lo que nos cuenta “The Crown”. Los guiños internos, probablemente, son más que inventados. Y aunque su creador Peter Morgan intenta convertir esta historia en algo mucho más íntimo, termina por temblarle un poco la mano y ofrecernos algo seguro, entretenido y entrañable, aunque sin demasiados datos que nos sorprendan.
Por eso creo que “The Crown” termina siendo, más bien, una serie didáctica: una biografía perfectamente acabada. A quienes disfrutamos de temas históricos, encontraremos una trama segura que ahonda en lo que ya sabemos y a la vez, para escapar de la simpleza, nos devela alguno que otro dato sobre la intimidad de la Familia Real.
“The Crown” retrata a una heroína británica: la reina Isabel II (Claire Foy), quien debe asumir el reinado de Gran Bretaña desde muy joven sin descuidar su papel de esposa y madre, y a la vez, lidiar con el Primer Ministro Winston Churchill en su segundo periodo de mandato. Gracias a estos toques políticos y personales, es que tenemos una historia digna del interés general.
Por si fuera poco, la serie cuenta con dos grandiosos actores que nos dejarán bastante complacidos con sus interpretaciones: John Lithgow, quien además parece que se ajustó a una caracterización tormentosa para interpretar a Churchill; y Jared Harris, que nos ofrece una magnífica versión del moribundo rey Jorge VI.
A quienes les atraiga la Historia Universal, seguro les encantará.
Mi calificación: 85 de 100 Mi Twitter: @CalladitaR