René me confiesa que cuando su hija Sara tenía dos años el decide abandonarlas,  a ella y a su esposa Olga. En ese entonces René está a punto de llegar a la final del campeonato mundial de ajedrez.  Le toca jugar contra uno de los competidores más débiles y que además  está enfermo. René, “lleno de soberbia” según sus propias palabras, se imagina a si mismo con la fama y el poder que le daría un campeonato mundial.  Su esposa y su hija serían un obstáculo para su carrera. Llega la hora de la partida de ajedrez  previa al campeonato  y Rene pierde. Sus anhelos de fama quedan frustrados, su orgullo por los suelos. De regreso a su casa, su esposa Olga le pide el divorcio. Rene inicia una batalla legal para que le permitan ver a su hija. Su esposa se muda de ciudad. Rene pierde contacto con su esposa e hija, aunque sabe dónde viven.  René se entera  que su esposa Olga se casó otra vez.  René hace una cita con Olga y su esposo Carlos por medio de los abogados. René le dice a Olga que se arrepiente de haberla tratado mal y le pide perdón.  Carlos le parece un buen hombre, y le da tranquilidad   saber que cuida bien a Sara.  Olga le informa a René que su hija Sara ve a su nuevo esposo como su padre biológico y que no sabe nada de la existencia de René. La reunión termina, René y Carlos  se hacen amigos e intercambian sus datos. Un día René ve una película en la que un soldado se va a la guerra y deja en casa a su esposa embarazada de una niña. Al soldado lo capturan y lo hacen prisionero de guerra. El soldado sobrevive gracias a su esperanza de ver  a su esposa e hija. Después de algunos años logra escapar y regresa a su tierra y a su casa. Cuando está a punto de tocar la puerta se da cuenta que su esposa y su hija abrazan a un hombre: el nuevo esposo y el nuevo papá de su hija.  Su esposa lo había dado por muerto y se volvió a casar. El soldado se retira para no arruinar la felicidad de ambas. René toma la película como un mensaje: decide abandonar  sus intentos de años para ver y estar en contacto con su hija. Como el soldado,  considera que es por el bien de ella. Pasa el tiempo,  Sara tiene 18 años, está en preparatoria y desde niña tiene un sueño recurrente: ella es un bebé y la sostiene en brazos su padre.  En el sueño Sara ve que el rostro no es el del papá que ella conoce, es el rostro de otro hombre.  El sueño le quita la tranquilidad a Sara. Un profesor se da cuenta del ánimo de Sara y le cuestiona el porqué. Ella le cuenta al maestro que se lo atribuye al sueño. El profesor le sugiere que les pregunte a sus padres. Ella se niega a dudar de ellos, el profesor insiste, Sara se atreve a contar el sueño. Su madre rompe en llanto y le dice la verdad a Sara. René sale con algunas chicas, pero no se vuelve a casar. En las reuniones familiares, observa como sus sobrinos les piden a sus padres que les compartan comida de sus platos, algo que comúnmente hacen los padres: sacrificar de lo suyo para dárselo a sus hijos.  Cada vez que esto pasa, René escucha una voz en su interior que le dice “Esto jamás te sucederá a ti.” René tuvo una temporada también con el sueño recurrente de arrullar a su hija en sus brazos. Un día René recibe una llamada de Carlos. No lo recuerda hasta que se identifica como el esposo de Olga y papá de Sara. Le dice que Sara quiere verlo.  René acepta de inmediato y fijan un día y hora, para la reunión en el restaurant de un centro comercial. René viaja a la ciudad donde vive Sara. Al llegar esta nervioso…. Continuará….