Crónica de un ‘homicidio’ programado: la UAdeC

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Crónica de un ‘homicidio’ programado: la UAdeC

“¡Viva la muerte, muera la inteligencia!”, irrumpió el guardia civil la catedra del maestro Unamuno, en la España Republicana y con ello, el sello distintivo del fascismo, la represión, la persecución de las ideas en ese país, igual que en esta tierra, no hace muchos días.

Partícipe e ideólogo de un régimen que apagó la luz de las ideas y las opiniones, el rector Hernández Vélez, fue igual operador político del dúo de sinvergüenzas que mal administraron Coahuila y hoy se vanaglorian de ocupar la silla que mentes preclaras y auténticamente académicas, que dieron impulso a una Casa de Estudios con fama y fortuna enterrada en el pasado.

Ofertado como una opción que rompería el esquema de 24 años de influencia de otro grupo dominante de rectores que paradójicamente no eran hijos de la UAdeC, sino de instituciones privadas (incluyendo uno de escuela patito), al final resultó invadido por la ola del grupo referido y se confirma en la nominación de sus principales funcionarios.

Pero el análisis reflejará dos variables que convergen con la elección del segundo rector matemático, (el primero fue Valdez Gámez) que referiré  en dos tesis: Del cómo la UAdeC se convirtió en la escuela de cuadros del PRI y del cómo la UAdeC se convirtió en “la caja chica” de los rectores en turno.

Tesis primera. Del cómo la UAdeC se convirtió en la escuela de cuadros del PRI. Partiendo de la elección del rector Fraustro, devenida de la negociación política entre el doctor Montemayor y Enrique Martínez en la parte final de la administración del primero, a la llegada de Martínez y Martínez al poder, la figura de “Chema” era referida como la del próximo Alcalde de Saltillo, posición que fue negociada con Moreira, el primero, y guardada como factura al cobro.

El sucesor de “Chema” fue su tesorero “Chuy” Ochoa, quien colocó a Jorge Alanís como dueño de los dineros en la institución (Alanís posteriormente fue diputado local por el PRI, luego Tesorero del Congreso y hoy de nuevo Tesorero de la UAdeC), “Chuy” terminó siendo Secretario de Educacion de Coahuila.

A Ochoa Galindo lo sucedió otro Ochoa, Mario, de negros antecedentes en el porrismo universitario que fue comisionado por el entonces Gobernador para que coordinara también el programa de cero marginación, que no era otra cosa sino la ampliación del movimiento territorial del partidazo, sólo que disfrazado (¿Se va en teniendo la tesis?). 

Con Mario Ochoa, fue director del Ateneo, el hoy Secretario General de la UAdeC, Miguel Ángel Rodríguez Calderón, posteriormente Coordinador de la unidad Saltillo y diputado local suplente de “Chema” por el PRI en la anterior legislatura.

La cadena del poder continúa con el sucesor de Ochoa, Blas Flores, quien era tesorero de aquel y que cierra el círculo del grupo con 24 años de influencia.

La Universidad fue utilizada no sólo como trampolín, sino a la disposición del partido a fin de ser punta de lanza en las brigadas del voto, con la complacencia y compromiso de los funcionarios mencionados.

Vélez, lejos de romper el esquema de una linea de sucesión, confirma la tesis de una institución entregada a la política y que hoy se encuentra en un vergonzoso lugar número 42 de 50 Universidades Públicas del País.

Tesis segunda. Del cómo la UAdeC, se convirtió en “la caja chica” de los rectores en turno. El peculio de los exrectores mágicamente ha crecido entre el antes y después de ocupar la tan ansiada silla.

Uno de ellos es propietario de los antiguos terrenos de la Forestal, ranchos en la región carbonífera y casas en colonias residenciales de Saltillo. El otro, de un edificio ubicado en el frente del Hospital Muguerza de la capital coahuilense. El siguiente ostenta la propiedad de un complejo turístico en Bella Unión con un costo aproximado a los 29 millones de pesos y el inmediato posterior, aún está pendiente de justificar 9.5 millones de pesos del patrimonio universitario, ante la Auditoria Superior de la Federación.

Difícilmente los ocupantes de la mayor responsabilidad universitaria pudieran justificar que con sus ingresos derivados de la posición, pudieran hacerse de las suntuosas propiedades que resultan al final de su ejercicio.

Pobre Casa de Estudios, tan ajena a su lema en el actuar y sentir, tu destino se adivina  y seguirás siendo la herramienta del poder. Reo de muerte, verás que tus ladrillos de sabiduría ya no serán más la base de la civilización, sino de la elección más próxima. Lástima de casa solariega y blasonada.