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El paso del tiempo se ensaña con Cristiano, que hoy no está para fastuosas celebraciones, pues ha empezado a perder el halo de héroe

El cumpleaños número 33 del delantero llega en un ambiguo momento de transición entre ser leyenda viva del Real Madrid y simplemente leyenda.

El paso del tiempo se ensaña con Cristiano, que hoy no está para fastuosas celebraciones, pues ha empezado a perder el halo de héroe.

En menos de una década como merengue ha logrado batir más de 50 récords de la institución asegurándose un lugar privilegiado en la historia del club como uno de los más grandes en la mitología blanca. Ha dejado atrás a los grandes mitos, Alfredo Di Stéfano y Raúl como máximo goleador histórico con 426 goles en 421 partidos con el Real Madrid y contando.

Pero el simbólico paso a la madurez sorprende al atacante en sus horas más bajas como merengue. Tras un complicado juicio por evasión fiscal ensombreciendo su temporada desde el minuto uno, su relación con la directiva se debilita día a día desde el verano en que una publicación portuguesa cercana a Gestifute, la agencia que lo representa, cimbró al madridismo anunciando que planeaba marcharse al término de esta campaña al no sentirse respaldado en sus líos legales.

El tirante verano fue presagio de una temporada que bien podría marcar el principio del fin.

Ha sido un año duro para el conjunto merengue, que en seis meses ha pasado de ser el equipo que lo ganó casi todo – Liga y Champions, con Cristiano como principal artífice con 12 tantos anotados – al que pende de un hilo.

Las miradas empiezan a postrarse en el portugués como uno de los responsables del fracaso de la campaña 2017-18. Sigue siendo el goleador de referencia de los merengues, pero cada vez le cuesta más.

Por primera vez en nueve temporadas, Cristiano Ronaldo tardó 26 partidos en llegar a los 20 tantos anotados. Su media goleadora se ha reducido drásticamente a 0.74 goles por partido, la más baja desde que llegó al club en la campaña 2009-2010, y de continuar a ese ritmo, difícilmente llegará a los 40 tantos cuando termine la campaña, lo que pondría fin a una racha de siete temporadas consecutivas marcando 40 goles o más.

Ese declive se empezó a percibir en la campaña anterior, 2016-17. Aunque fue el gran salvador en Champions – algo que le aseguró llevarse un quinto Balón de Oro – había tardado 25 partidos en llegar a la veintena. Por primera vez tardaba más de 20 encuentros en llegar a dicha cuota.

El repunte primaveral le ayudó a cerrar el año con la nada despreciable cantidad de 42 goles marcados en 46 partidos para un promedio de 0.91 goles por encuentro. Sin embargo, era la primera vez en cinco años que bajaba de una media de más de 1 gol por encuentro. Fue también su registro más bajo desde la temporada 2009-2010, en que apenas alcanzó a marcar 33 goles en 35 encuentros.

No ha marcado un solo triplete en lo que va de la temporada. Hay que remontarse al 2 de mayo de 2017 para encontrar el último, en la ida de la semifinal de Champions League frente al Atlético de Madrid en que fue el único protagonista para una goleada por 3-0.

El luso también ha dejado de ser un arma infalible por la banda y (ya sea circunstancial o deliberadamente) cada vez es más frecuente verlo en una posición de centro delantero (20 partidos en lo que va del curso) que en su sitio original en la banda (siete encuentros).

Los números de Cristiano, por su propia naturaleza, han echado a andar la cuenta atrás hacia el fin.