Crecimiento e inclusión

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Crecimiento e inclusión

Ilustración: Vanguardia/Alejandro Medina

Escuchar a José Ángel Gurría, secretario de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), es refrescante, y aunque su postura claramente apuntó a la continuidad de lo que el Gobierno federal está haciendo en la macroeconomía mexicana, me agradó que informara que estaba reuniéndose con los aspirantes a la Presidencia de la República el próximo julio, para compartirles el informe “Getting it Right: Una Agenda Estratégica para las Reformas en México 2018”

Dejó ver en su línea discursiva que no son buenos ni el populismo ni el nacionalismo no incluyente. Dijo haberse reunido con Margarita Zavala, y que se reuniría con Armando Ríos Piter, con Ricardo Anaya, Jaime Rodríguez, “El Bronco”, y con José Meade; pero no mencionó a Andrés Manuel López Obrador.

Gurría subrayó que en los consejos directivos de las empresas mexicanas hay un promedio de tres mujeres, que el 57 por ciento de la fuerza laboral es informal y que México tiene uno de los estándares más bajos de recaudación fiscal en la región.

En el Foro OCDE México 2018: Un Futuro con Crecimiento e Inclusión, nos reunimos connacionales y extranjeros. Entre los asistentes se encontraban personas del equipo técnico de algunos candidatos. En este foro me agradó que no se leyera el curriculum vitae de los expositores y panelistas.

Lo que importa es que podamos mostrar eficiencia energética, riqueza en el capital humano e instituciones públicas respetuosas del Estado de derecho; fuera de esto, todo es charlatanería"

Según José Ángel Gurría, México podría ser el quinto país exportador en el mundo, y abordó el tema de la educación a la que tienen derecho decenas de millones de jóvenes puntualizando que hay que enriquecer la educación con competencias pertinentes (destrezas, habilidades).

“Hay que seguir con el esfuerzo reformista”, dijo Gurría. “El desarrollo debe ser resiliente, sustentable e incluyente”.
Luego participó al actual secretario de Hacienda con un lenguaje pobre y paradigmas repetitivos como el que “la pobreza es algo contra lo que hay que luchar”, y recordé que el sexenio federal que está por concluir no ha ofrecido soluciones a muchos temas delicados.

¿Cómo es posible que en México haya menos de 1 por ciento del producto interno bruto (PIB) dedicado a la investigación mientras países como Corea del Sur dedican 4 por ciento de su PIB a la investigación.

México competitivo: retos y oportunidades” fue el siguiente tema del que habló José Ángel Gurría y se centró en el concepto de competencia.

De acuerdo a su charla, la competencia ayuda a disminuir las desigualdades, es esencial no sólo para la creación de riqueza, sino para la mejor distribución de esa riqueza y para un crecimiento más incluyente. Estoy de acuerdo cuando el piso es parejo, sin corrupción.

Según Gurría a mayor competencia mayor productividad, mayor competitividad y mayor bienestar social. Los sectores donde no hay competencia pierden competitividad internacional, promueven la concentración del ingreso e inhiben las inversiones en investigación para el desarrollo.

Definitivamente es más que sabido que cuando en un sector de la economía no existe competencia los precios son más altos y afectan mayormente a la base de la pirámide social.

¿Cómo sería la ecuación en la que existan componentes como la competencia, productividad, gobernabilidad, corrupción en el mercado interno y tratados internacionales?

Con Estados Unidos o sin este país en un tratado internacional, lo que importa es que podamos mostrar eficiencia energética, riqueza en el capital humano e instituciones públicas respetuosas del Estado de derecho; fuera de esto, todo es charlatanería.