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Correr no es tan sencillo: "Se necesita un mínimo de condición física"
Por Daniel Camiroaga para El Confidencial
El ejercicio físico es, sin duda, una de las actividades más beneficiosas para salud. Sin embargo, es necesario precisar esta máxima añadiendo la palabra ‘regularidad’ porque, según las conclusiones de un estudio del Instituto Cardiológico de Quebec, practicar deporte esporádicamente y con mucha intensidad causa graves daños al corazón.
La investigación publicada en el Canadian Journal of Cardiology hace hincapié en la necesidad de concienciar a los deportistas recién iniciados sobre la necesidad de moderar la intensidad de su actividad física, hasta que no estén en mejor forma, para proteger el corazón. Los riesgos de sufrir patologías cardiacas son frecuentes entre las personas con una mala condición física que realizan un esfuerzo prolongado e intenso al que su cuerpo no es capaz de responder.
Los corredores son los deportistas que más sufren las consecuencias para la salud de este grave riesgo, que puede acabar derivando en infarto, por lo que los investigadores decidieron focalizar en ellos su estudio. El running es una actividad de moda que cada vez practica más gente, pero es necesario tener unos conocimientos mínimos sobre las consecuencias de no estar bien entrenado para evitar riesgos. Como se subraya en las conclusiones, los que más patologías sufren son los que “tienen una escasa formación deportiva”.
No compitas si no estás preparado
La proliferación de las carreras populares ha hecho que se disparen las cifras de corredores que desarrollan problemas de corazón, sobre todo, entre estos perfiles (en baja forma y sin conocimientos) que dan el salto demasiado precipitado para competir en este tipo de acontecimientos deportivos sin estar preparados. La buena noticia que puede extraerse del estudio es que los riesgos para salud “son temporales y reversibles”.
Los cardiólogos que dirigieron el estudio partieron de la base de otros informes anteriores, elaborados por la facultad de Medicina de la Universidad de Laval (Canadá), en los que se destacaba la alta incidencia de personas que desarrollaban anomalías cardíacas después de correr durante un prolongado período de tiempo. Este estudio trató de evaluar la respuesta cardíaca de una veintena de corredores aficionados, sanos y de diferentes edades, tras participar en una maratón. A todo ellos se les habían realizado diversos chequeos médicos durante las semanas anteriores a la dura carrera de 42 kilómetros.
Los resultados de las resonancias magnéticas practicadas 48 horas después de la competición (el plazo suficiente para que recuperasen sus condiciones basales normales) mostraron que la mitad de los corredores analizados habían sufrido una disminución de la función ventricular izquierda y derecha. En algunos de ellos, los más afectados, también se redujo el flujo sanguíneo.
Estas anomalías son transitorias, por lo que no se observó ninguna lesión permanente entre los corredores, como se corroboró en las pruebas médicas realizadas tres meses después de participar en la maratón. Sin embargo, existe un período de tiempo crítico que, si se suma a la predisposición genética a sufrir patologías cardiacas, aumenta considerablemente el riesgo de sufrir infartos de miocardio.
El autor principal del estudio, Eric Larose, explicó que los resultados del estudio “ponen de relieve la importancia que tiene la preparación física adecuada para los corredores recreativos” a la hora de participar en carreras populares o maratones. “Se necesita un mínimo de condición física sin la cual el corazón sufre mucho para recuperarse después de correr una larga maratón”, sentencia.