Jorge Pérez de más de 60 años de edad, era uno de los trabajadores de limpieza contratado vía outsourcing por el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), para laborar en la zona Covid del Hospital 20 de Noviembre. Nunca le dieron equipo de protección y cuando denunció sus condiciones de trabajo lo corrieron.

El hombre trabajó varios meses sin equipo de protección, esto a pesar que sus labores de limpieza eran en un hospital destinado a pacientes con Covid-19. Su horario de trabajo comenzaba a las 6 de la mañana y en teoría terminaba a las 14 horas, pero tenía que formarse para recibir más tareas.

“El personal del hospital me decía que buscara aunque sea un trapo para ponerme en la boca. Recogíamos papel sin guantes, lavando tazas de baño. Lo que quiero es justicia para mí y todos mis compañeros; tienen mucho miedo de que los corran, hay muchas personas adultas, con discapacidad […] Hay muchas cosas en el hospital. Yo no quiero que nos traten como basura”, comentó el señor Jorge.

Su salario era 3 mil 800 pesos mensuales, y cuando solicitó que se la cambiara de área por ser una persona mayor, la empresa le pidió 150 pesos a la semana para no mandarlo a la zona Covid.

Tras el despido injustificado, Amnistía Internacional tomó el caso, quien dijo que aunque la empresa contratada es privada, el ISSSTE tiene responsabilidad al permitir que personas laboren sin la protección adecuada.

“Se convierte en reproductor de desigualdades sociales […] Cuando los estados terciarizan servicios deben garantizar condiciones adecuadas para quien prevé los servicios porque se convierte en un obligado solidario de esas obligaciones”, dijo Tania Reneaum Panszi, directora para México.

Según la investigación de Amnistía, en el ISSSTE hay mil 717 personas por outsourcing en nueve hospitales; en el 20 de noviembre hay 343 personas subcontratadas.

El abogado del caso ya interpuso un juicio laboral en Conciliación y Arbitraje, pero hasta el momento no hay un avance significativo en el caso.