“Los datos personales son como el cepillo dental: no se presta, hay que cambiarlo con regularidad, este es el sentido de las contraseñas”, Luis Gonzáles Briseño, Comisionado del ICAI.

A raíz de la adquisición de un programa de espionaje de origen israelí (Pegasus) que fue puesto en marcha durante el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto que, en la actualidad es utilizado para combatir el terrorismo, la delincuencia organizada y la trasnacional, se cuestionan los riesgos de esta actividad.

En el programa Conversando, con Carlos Arredondo Sibaja, puso el tema en la mesa para resolver ¿qué es lo que ocurre cuando el gobierno tiene acceso a los datos personales a través del

¿Espionaje?

En la charla, propone el término de exhibicionismo digital para explicar la tendencia de mostrar la vida personal sin demora y de forma recurrente a través de las redes sociales, misma situación que acompleja la vigilancia desde estos sistemas gubernamentales.

Luis González Briseño, comisionado presidente del Instituto Coahuilense de Acceso a la Información, detalló que frente al espionaje que realiza el gobierno, los ciudadanos quedan ‘completamente desprotegidos’, ya que está de por medio toda la información personal o personalísima que se comparte a través de llamadas telefónicas o mensajes. 

“Es como si se metiera en una alberca completamente desnudo, pensando en que nadie lo está viendo, de ese tamaño pudiera ser la gravedad, sin lugar a duda, este tema de la vigilancia puede derivar hasta en un procedimiento legal, está fundado hasta en la constitución, y se trata de observar temas de seguridad”, dijo.

Señaló que es necesario comprender que la intimidad es aquello que no se quiere dar a conocer, que no se comparte y la privacidad implica aquella información que es publicable y que puede llegar a ser observable por algún público, lo que pone en riesgo hasta la dignidad de las personas.