¿Converger o coexistir?

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¿Converger o coexistir?

No se quiere unicidad.

No se quiere uniformidad. El ideal es conseguir unidad complementaria de lo diverso. No tanto oposición, ni agresión, ni separación ni exclusión.

No siempre será posible converger pero sí coexistir. La actitud ante lo diferente puede ser de indiferencia, de temor, de rechazo y exclusión, de atracción o repugnancia. En la Creación es la unión de lo que parece contrario lo que produce la sorpresa de lo nuevo. Polo positivo y negativo hacen surgir la luz. Lo masculino y lo femenino, hace surgir la vida.

La suma de lo afín solo da más de lo mismo. Es el contraste de lo complementario lo que, en el universo, hace que pueda darse la maravilla de la trabazón orgánica. Lo experimenta la persona humana al contemplar su cuerpo. No es todo ojo, ni todo pies o manos. Cada órgano, cada parte es distinta pero todas se sirven unas a otras con operaciones diversas.

En lo social y en lo político no se quiere la unicidad. Se da la bienvenida y se agradece la pluralidad de diversidades. Los parlamentos, las cámaras representativas, la diputación y la senaduría buscan recoger todas las voces de la ciudadanía. No se quiere una orquesta de puros clarinetes o solo de violines. Es la variedad de sonidos la que hace posible la sinfonía y el concierto.

Se enferma una representación parlamentaria con el virus del mayoriteo. Primero se partidariza y después se intenta sofocar todo con la nota dominante. Se pierde lo alternativo y se vuelve todo predecible porque lo plural se impone sobre lo peculiar. Se difumina la libertad de conciencia y la voz de los representados. Todo queda sometido a la línea partidaria como fuerza que ahoga la exigencia de la base y la conciencia de su vocero.

Cada elección se vive como una ola de pandemia virulenta en que cuenta más el número que la cercanía a los votantes y la fidelidad a principios y valores.

Pero también cada elección es para los electores el compromiso de no dejar de oír su voz ante el representante y es para el representante el compromiso de llevar la voz de sus representados sin traicionar su propia conciencia ni quedar atado por líneas de partido. Entonces sí. No se intenta respirar con el hígado. Cada órgano cumple su función para el bien de los ciudadanos, no del propio partido, actuando como títeres.

Se buscará en las cámaras la convergencia convenciendo y cediendo, exponiendo la necesidad y el reclamo ciudadano, sus sugerencias y sus iniciativas sin que nada contamine la libertad de pensamiento y de expresión.

LA ASTUCIA ARTIFICIAL

No pocos ajedrecistas se sorprenden de las jugadas con que responde la computadora a sus mejores intentos hasta quedar inmovilizados en un jaque-mate. Era el principio.

Ahora, especialmente en China se avanza velozmente en el campo de lo que llaman “inteligencia artificial”. Drones con ojos artificiales para miradas panorámicas. Artefactos capaces de identificar rostros y de sugerir opciones en situaciones críticas. Así como el descubrimiento de la energía atómica llegó hasta la bomba devastadora, ahora también el pensamiento bélico ya imagina tanques de guerra inteligentes y bombardeos como los que padeció Gaza como represalia, en los que predominó la astucia artificial bélica con automatismos impresionantes.

COLAPSO DE LO COLAPSADO

Tres trabajadores heridos. Allí mismo. Trabajando en el derrumbe de la línea 12 del metro de CDMX. El hecho hace ver la necesidad de intensificar más la ingeniería de la previsión, de la protección. Para que los médicos no se contagien fatalmente de lo que quieren curar ni los obreros sean víctimas de la obra que se quiere reparar. En el plan de rescate para Pasta de Conchos -si se llegara a dar- ese riesgo debería tener prioridad, con medidas extraordinarias para que no se pierdan vidas humanas recatando restos incinerados…