La directora del CIJ (Centros de Integración Juvenil) expuso que entre la sintomatología de los consumidores de cristal destacan las actitudes violentas, la pérdida del sueño, del apetito, así como comportamientos de indiferencia y síndromes secundarios.

Al respecto, David Salazar, subdirector del Centro Estatal de Salud Mental (Cesame), apuntó que cuando una persona consume metanfetaminas “hay alteraciones perceptuales en los cinco sentidos y comienzan a tener alteraciones”.

Pérez Reyes enfatizó que, según lo observado en el CIJ, el cristal es consumido en combinación con alcohol y tabaco, o alcohol y mariguana, lo cual agrava los efectos secundarios, un problema que también ha sido advertido en el Cesame.

“Atendemos muchos pacientes por trastornos mentales a causa del consumo de sustancias, un porcentaje específico (por metanfetaminas) es difícil porque por lo general los consumidores acuden por psicosis, trastorno mental y de comportamiento psicótico debido al consumo de estimulantes”, expuso Salazar.

Sobre si la adicción al cristal es curable, Salazar consideró que sí, pero que depende del grado de afectación cerebral.

“Hay personas que vienen consumiendo desde los 14 años y ya tienen 30, se le llama deterioro cognitivo, su cerebro ya tiene falla y a veces las fallas son irreversibles”, lamentó y añadió que a la par del tratamiento de desintoxicación debe haber uno psiquiátrico.