Considera Nélida Piñón que “cuanto más se lee más difícil es que te manipulen”
Usted está aquí
Considera Nélida Piñón que “cuanto más se lee más difícil es que te manipulen”
El escritor no sólo debe crear sino prestar su conciencia a la conciencia de sus lectores, sobre todo en un país como Brasil, suele decir la escritora brasileña Nélida Piñón, quien también considera que “cuanto más se lee más difícil es que te manipulen”.
Convertida en una de las más grandes figuras de las letras latinoamericanas contemporáneas, Nélida llega hoy a los 80 años con una extensa producción literaria que ha recibido numerosos galardones literarios y distinciones, como el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (2005).
Conocedores de su obra señalan que su producción se caracteriza por el rigor y representa un diálogo inteligente entre las diversas tradiciones que conviven en el cuerpo cultural latinoamericano.
La actual miembro de la Academia Brasileña de las Letras y de la academia de Filosofía de Brasil nació el 3 de mayo de 1937, en Río de Janeiro, donde estudió periodismo y desde muy pequeña se sintió atraída por el mundo de las letras. De hecho, a menudo comenta que comenzó a escribir siendo aún una niña, leyendo los libros que le daban e inventando los que no tenía a mano.
"Con ocho años me proclamé escritora. No sé, sin embargo, en qué instante, y de qué abrigo, salió más tarde esta otra escritora que soy hoy, que aspira a abarcar los seres y los enigmas", cita la página electrónica especializada “Biografiasyvidas.com".
Piñón debutó en el circuito literario en 1961 con "Guía-mapa de Gabriel Arcanjo", una novela sobre el pecado, el perdón y la relación de los mortales con Dios, a través del diálogo entre el protagonista y su ángel de la guarda. Con ésta, su opera prima, ganó renombre, forjándose un estatus que le permitió consolidar su fructífera carrera en las letras.
Dos años más tarde escribió "Madeira feta cruz", y a finales de la década publicó "Fundador" (1969), en la que una vez más apostaba por la renovación formal del lenguaje que había dejado entrever en los títulos anteriores y que ponía en escena a personajes históricos y de ficción, señala el texto biográfico.
Ya entrada la década de 1970, Piñón dio vida a tres nuevos títulos, "A casa da paixão" (1972), sobre el deseo y la iniciación sexual; "Tebas de mi corazón" (1974) y "La fuerza del destino" (1977), pero fue en 1984 cuando vio la luz la que es considerada su obra cumbre "La república de los sueños”.
Este trabajo, inspirado en su visión de la emigración gallega a Brasil, obtuvo el premio de la Asociación de Críticos de Arte de Brasil en 1985.
Piñón publicó luego la novela de denuncia política "Dulce canción de Cayetana" (1987) y posteriormente vio la luz "El pan de cada día" (1994), en la que dejaba de lado la moderna ficción con la que se había consagrado y emprendía una reflexión profunda sobre las inquietudes del hombre, y la novela juvenil "A roda do vento" (1996).
En 2004, tras varios años de inactividad, presentó "Voces del desierto", la cual le otorgó el Premio Príncipe de Asturias (2005).
Esta obra recrea los días de Sherezade, quien atravesó mil y una noches contando historias al Califa para salvar su vida y la de las mujeres de su reino, revelando los sentimientos de una mujer entregada al arte de enhebrar historias en las que perder el hilo es perder la vida.
Bajo el sello de Alfaguara, publicó en 2008 "Aprendiz de Homero", obra compuesta por 24 ensayos que proponen a la reflexión sobre sus influencias literarias y los personajes como don Quijote y Ulises, entre otros.
Asimismo, muestra su pasión por la escritura, su pensamiento acerca de la lectura y su visión no sólo de la mujer brasileña, sino de la mujer desde tiempos remotos.
Luego vendría "Corazón andariego", la cual propone temas políticos, a fin de subsidiar los recursos de la memoria, según la propia escritora. Sus más recientes materiales son “Libro de horas” (2013) y “La camisa del marido” (2015).
Su obra ha sido traducida a varios idiomas, sin embargo, la literatura no ha sido el único campo que ha experimentado Nélida, quien también ha incursionado en la docencia, y ha llegado hasta la Academia Brasileira de la Letras, al sustituir a Aurelio Buarque, desde 1989.
Antes de ocupar ese sillón, había sido secretaria general y la presidió en 1996-1997, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar ese cargo y en la primera del mundo en presidir una academia literaria nacional. También es miembro de la Academia de Ciencias de Lisboa y de la Academia de Filosofía de Brasil.
Ha desarrollado una intensa y dilatada labor docente, y es que en 1970 inauguró la primera cátedra de creación literaria en la Universidad Federal de Río de Janeiro, y entre 1990 y 2003 fue titular de la cátedra "Dr. Henry King Stanford" de Humanidades, de la Universidad de Miami.
Sus biógrafos también destacan su ejercicio como profesora visitante en las Universidades de Harvard, Georgetown, John Hopkins y Columbia, y ha impartido cursos en España, Francia y Perú.
Es doctora Honoris Causa por las universidades de Poitiers en Francia; Montreal, Canadá, y Santiago de Compostela, España (1995), además ha participado en congresos, seminarios y encuentros internacionales.
Férrea defensora de los derechos humanos, Piñón también ha colaborado en medios de comunicación brasileños como las revistas Cadernos Brasileiros (1966-1967), Tempo Brasileiro (1976-1993), Impressões (1997), Cadernos Pedagógicos e Culturais (1993), y el diario O Dia de Río de Janeiro (desde 1995).
Piñón, quien desde 2012 es Embajadora Iberoamericana de la Cultura, ha sido reconocida también con el Premi Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe "Juan Rulfo" (1995) y el "Menéndez Pelayo" (2003); con el Walmap de Brasil (1969), el "Mario de Andrade" (1973), el del PEN Club (1985), el Iberoamericano de Narrativa "Jorge Isaacs" (2001) y el "Rosalía de Castro" (2002).
La Medalla de la Orden de Río Branco y la Orden al Mérito de la Mujer, concedida por el Gobierno de Río de Janeiro, así como una distinción, en abril de 2005, que le hizo especial ilusión, pues el municipio pontevedrés de Cotobade, pueblo natal de su padre, decidió nombrarla "hija adoptiva”.