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Consejos para aquellos a los que no les rinde el tiempo
Por Elitania Teresa Ruvalcaba Blancas, Familias.com
Aunque todo el día estás activa y no paras de realizar toda clase de tareas parece que no avanzas, la acumulación de trabajo y asuntos personales siguen aumentando y hay momentos en que no sabes por dónde empezar o continuar. Las 24 horas del día te son insuficientes y la presión y el estrés aumentan. Todo esto se puede modificar si sabes administrar tu tiempo.
Si aplicas estos cinco consejos, el tiempo te alcanzará para todas tus actividades:
1. A la antigüita: Con agenda en mano
La combinación del trabajo profesional con el hogareño hace que tu cabeza sea un completo caos. La infinidad de actividades que tienes que desarrollar a diario, o en el corto, mediano y largo plazos justifican que en algún momento olvides algo. Pero para evitar eso, es recomendable regresar a la vieja costumbre de utilizar una agenda, independientemente de los recordatorios que puedas registrar en algún dispositivo electrónico (teléfono celular, tableta, etcétera) o recados que pegues en el refrigerador (la heladera) o un muro. Contar con una libreta te puede facilitar la vida: en ella puedes registrar todos los pendientes por día. Al abrir cada página podrás ver todo lo correspondiente a un mismo día, con sus horarios y lugares respectivos; te podrás dar cuenta de si tienes saturado tu día y si hay posibilidad de aceptar un compromiso más. Además de que podrás engrapar, en cada hoja, estados de cuenta, comprobantes de pago, recetas y demás documentos que en algún momento puedes llegar a necesitar para hacer algún pago o aclaración.
2. No mezclar trabajo con la vida en familia
La jornada de trabajo en la oficina se reduce a ocho horas, el tiempo idóneo para que el rendimiento físico y mental sea el ideal. Después de ese tiempo tu capacidad merma, y por más que te esfuerces será mayor el desgaste y menor la productividad, aunque muchas veces a la gente no le queda de otra. Por esto, también es ideal que organices tus actividades en la oficina, que priorices a corto, mediano y largo plazos todo lo que tienes que hacer. A diario puedes hacer tu plan de trabajo, contemplando aquellos imprevistos que se pueden presentar, y así tu quehacer estará al día. Y lo que nunca debes hacer es llevar trabajo a casa, porque el tiempo en familia debe ser respetado.
3. Días específicos para pagos y compras
Dentro de tu planeación de actividades, tendrás que tener en cuenta los vencimientos y días de pago de tarjetas de crédito, servicios y otros compromisos económicos que tengas de manera individual y familiar. Evitarás muchos dolores de cabeza destinar un día, a la quincena o al mes, para efectuar pagos y realizar compras.
4. En casa todos cooperan
La responsabilidad en el hogar debe ser una tarea conjunta entre todos los integrantes de la familia, quienes deben programar un día a la semana para hacer una jornada completa de limpieza, con actividades pre-programadas para cada miembro, en las que te incluyas por supuesto. Recuerda que si solicitas la cooperación de cada uno, debes de poner el ejemplo; durante la semana será más fácil sólo mantener la casa limpia y recogida.
5. Designar un tiempo diario para ti
Después de un día ajetreado es necesario destinar, al menos media hora, para alguna actividad que te permita relajarte y sacudirte el estrés. Acostumbra a que, sin falta, pase lo que pase, no te vayas a la cama sin leer un poco o hacer ejercicio, darte un masaje relajante o disfrutar de una sesión de belleza para tu cuidado personal.
Poco a poco verás que realizando estas sencillas actividades podrás gozar de mayor tiempo libre y sin tener la preocupación de que tienes muchas cosas pendientes. La máxima aquí es: tu tiempo es valioso y lo debes de aprovechar al máximo.