Según lo que los historiadores relatan, al menos en lo que a Coahuila respecta, la ahora llamada Región Lagunera tuvo como punto de origen al casco de lo que antaño fuera la Hacienda de Hornos.

Por lo que se sabe, fueron monjes de la Compañía de Jesús quienes habrían partido desde Parras a asentarse en ese pequeño predio para evangelizar desde ahí a tan agreste zona, mismo en el que construyeron una capilla y la dedicaron a Santa Ana, como devoción a la Madre de la Virgen.

Grosso modo, al paso del tiempo, dicho predio pasó a manos de particulares, uno de los cuales, para dar cauce y aprovechar las “desordenadas” afluentes del entorno, inicia obras para una represa y construye canales que acercarían el agua a terrenos para la agricultura y el ganado.

Para vigilancia de las obras, se construyen torres. Propietarios van, propietarios vienen, el caso es que fue en torno a una se de esas torres que se da el asentamiento humano primigenio a partir del cual surge la hoy pujante ciudad de Torreón, actual cabecera del Municipio con igual nombre.

No obstante, por distancia y circunstancias, lo que en un inicio fue el casco de la hacienda, tras la subdivisión geográfica pasó a formar parte del Municipio de Viesca, no de Torreón.

De hecho, tras ventas y reasignación jurídica, casco y tierras del entorno conformaron lo que hoy es el ejido Venustiano Carranza.

Al margen, y entre muchas otras cosas rescatables, cabe señalar que lo que sí pervive prácticamente tal cual es la capilla de Santa Ana, cuyo edificio y precioso retablo de estilo barroco recibieron restauración hace unos años,  luciendo ahora como puede apreciarse al fondo de esta foto.

¿Hay algo raro en la foto?

Si no eres lugareño probablemente no lo percibas, pero, justamente el danzante con su atuendo de caballito estaría “fuera de lugar” pues, aunque la Danza de Caballitos es muy tradicional en Viesca, la capital del municipio, donde son fervientemente devotos de Santiago Apóstol, resulta que esos danzantes no suelen asistir a bailar a esa capilla el día de Santa Ana.

La razón es que la fiesta de Santiago Apóstol es el 25 de julio, fecha en que las danzas de caballitos hacen su despliegue a máximo esplendor en la Parroquia de Viesca y la verbena deja casi a todos “trasnochados”, por decir lo menos.

Como la fiesta de Santa Ana es al día diguente (26 de julio), es raro ver danzantes de caballitos bailándole a Santa Ana, según contaron los cuidadores de la capilla, quienes se han visto a veces  en la necesidad de buscar danzas de Torreón o Matamoros.

Sobra decir que el modelo de la foto, aunque es un lugareño y danzante real de Viesca, fue conseguido en otra fecha y ex profeso para hacer la toma.

Tristemente el ejido Venustiano Carranza es hoy uno de los más pobres de Viesca, por lo que visitarlo sería bueno para generar algo de derrama económica.

Como Viesca recibe recursos del programa de Pueblos Mágicos, la carretera hasta ese ejido es buena y la placita frente a la capilla ha recibido arreglo, por lo cual, quien vaya a Viesca, no deje de pasar a Venustiano Carranza. Seguramente saldrán con alguna historia para compartir.