Connor Betts, un joven blanco de 24 años sin antecedentes penales y apenas dos multas por exceso de velocidad en 2013 y 2014. El asesino de Dayton no ha dejado ningún rastro en las redes sociales que puedan explicar la motivación que le llevó a abrir fuego ante la muchedumbre que se agrupaba en el bar Newcom’s Tavern de Dayton en la noche de ayer en Ohio. La única explicación la ofreció uno de los amigos del autor del ataque, Brad Howard, en una televisión local: “Es una clara muestra de un problema mental”, señaló.

En LinkedIn, Betts se definía como un trabajador con basta experiencia en servicio al cliente. En currículum figura que fue empleado de un restaurante de la cadena Chipotle en Centerville (Ohio). También trabajó en una gasolinera entre 2014 y 2017.

Sea como fuere, el autor de la matanza habría disparado también sobre su única hermana, Megan Betts, de 22 años y estudiante de la Universidad de Wright, y sobre el novio de ésta, cuyos cadáveres fueron localizados en el interior de un coche estacionado en las inmediaciones del local en el que instantes después habría entrado Betts para abrir fuego a discreción.

Las fotos de las redes sociales muestran una buena relación entre hermanos. Y, de confirmarse, Megan Betts y su novio habrían sido las únicas víctimas seleccionadas por el autor de la masacre, ya que la policía no refiere ningún móvil concreto en el ataque al bar.