En una multitudinaria misa que logró reunir a todos los vecinos de la colonia Asturias al norponiente de Saltillo, los padres, las hermanas y los compañeros de clase del pequeño José Luis “N”, le dieron el último adiós, después de haber fallecido en un trágico accidente mientras se encontraba jugando con sus compañeros.

Pareciera que habían pasado un par de horas cuando lo vieron por última vez, cuando al menos una decena de uniformes escolares azules se hicieron notar en los pasillos del templo de Corpus Christi en la colonia Asturias, mientras que al fondo, su madre y sus hermanas acompañadas de sus amigas de secundaria, entre lágrimas contemplaban el féretro escuchando las palabras de despedida del presbítero Hilario Flores.

“No quiero que estén oscurecidos por los que se van antes”, expresó el presbítero.

“Los que se van antes ya tienen un camino preparado con Dios”, manifestó como consuelo a los familiares del pequeño de once años fallecido el jueves.

El padre, dijo sorprenderse de que los aplausos se expresan sólo en las fiestas, manifestando que la vida propia también lo amerita por lo que pidió una serie de aplausos por la vida y la compañía de José Luis hasta el día de hoy.

“Ya estás con papá Dios. Cuida de nosotros los que nos quedamos”, dijo mientras bendecía el féretro de José Luis, quien también fue acompañado por sus maestros de la escuela.

El accidente donde el menor perdió la vida, se registró frente a su casa, mientras junto con otros compañeros jugaba como cualquier otra tarde al futbol; sin embargo, la pelota se voló al techo de los vecinos, y al caer, un block se estrelló sobre su cabeza provocándole la muerte.