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Conmebol elige a Alejandro Domínguez como su nuevo presidente
En medio del descrédito por los casos de corrupción, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) confirmó hoy al paraguayo Alejandro Domínguez como nuevo presidente por consenso, después de que el uruguayo Wilmar Valdez anunciara que declinaba su candidatura ante el comité ejecutivo del ente rector.
Valdez, presidente interino tras la detención del ex jefe Juan Ángel Napout en diciembre, comunicó hoy de manera oficial ante sus colegas que bajaba su candidatura, lo que dejó a Domínguez como el hombre designado para comandar la entidad más golpeada por los escándalos de corrupción que afectan al fútbol mundial.
Además de Napout, sus dos antecesores en el cargo, el paraguayo Nicolás Leoz y el uruguayo Eugenio Figueredo, también quedaron implicados en el caso "FIFAGate" y ambos se encuentran detenidos, aunque Leoz está en una clínica de su propiedad en Asunción con prisión domiciliaria.
Para completar el círculo, la mayoría de las asociaciones nacionales quedaron descabezadas por el escándalo que investiga la Justicia de Estados Unidos, que acusa a decenas de dirigentes y empresarios de crear una trama de pago y cobro de sobornos en la comercialización de los derechos de competencias futbolísticas.
Este panorama facilitó el rápido ascenso de Domínguez, que hace menos de un año y medio apenas era vicepresidente de Napout en la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF).
Cuando Valdez repasó los números y comprobó que bajo ninguna especulación optimista podía superar los tres votos, declinó su postulación a la jefatura de la Conmebol.
La decisión consagró automáticamente a Domínguez como el presidente del "consenso", tal como lo presentó al menos Laureano González, jefe del fútbol venezolano, orgulloso de haber concebido la "lista de unidad".
La nueva estructura tendrá a Brasil y Argentina con dos de los tres representantes de la región en el comité ejecutivo de la FIFA, además de Domínguez, que se quedará con una vicepresidencia del ente rector del fútbol mundial por ser el jefe de la Conmebol. A Valdez le queda el regalo consuelo de ser el tercer representante por Sudamérica, cargo que se oficializará en febrero.
La habilidad de Domínguez, un licenciado en economía con amplia experiencia en los medios de comunicación, de convencer a los dos gigantes de la región y ganar su apoyo a cambio de los cargos explica una parte de la historia. La otra se completa con la preferencia de Luis Segura, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), por las garantías de continuidad que brinda el dirigente paraguayo.
Con su habitual verborragia, el ex arquero José Luis Chilavert lo dio a entender la semana pasada, cuando todavía se ilusionaba con una candidatura propia. "Segura es el vicepresidente que le está manejando a Domínguez, es el cerebro de este grupo de dirigentes que quiere copar la Conmebol", aseguró el ex internacional paraguayo.
Con ese panorama, Valdez declinó su candidatura, consciente de una derrota segura y en contra de un modelo de gestión que por antecedentes y por los primeros indicios, no se desviará mucho de sus antecesores.
El dirigente uruguayo lo comprobó con dos hechos. El primero, cuando no lo oficializaron como presidente en la asamblea extraordinaria de diciembre, luego de asumir de manera interina ante la detención y posterior renuncia de Napout.
Con el chileno Sergio Jadue y el colombiano Luis Bedoya, los otros vicepresidentes de la entidad, bajo la órbita de la justicia de Estados Unidos, intuía que era el indicado para completar el mandato.
El segundo acontecimiento tiene relación con la llave del escándalo de corrupción en Sudámerica: los contratos televisivos. Uno de los últimos actos de gestión de Napout fue firmar en noviembre un nuevo contrato por los derechos de televisión de los torneos de la Conmebol.
El viejo y sospechado contrato con T&T (Traffic y Torneos) para transmitir todos los torneos de la Conmebol hasta 2022 por la cadena Fox Sports quedó cancelado y se firmó uno nuevo, hasta 2018 y con un incremento de más del 200 por ciento en los ingresos para el ente rector y del 40 por ciento para los clubes, aunque por la misma pantalla.
El propio Valdez admitió que no estaba de acuerdo con ese vínculo y que la cadena GolTV, propiedad de su compatriota y hombre fuerte del fútbol uruguayo Francisco Casal, había ofertado más dinero que Fox, aunque cuestiones judiciales ameritaban mantener la relación con el viejo socio, pero con su subsidiaria en Estados Unidos.
Esos hechos marcaron la cancha y dejaron el camino libre para Domínguez, que se paseó toda la mañana por el lobby del hotel Bourbon de Asunción con una sonrisa amplia y mostrando toda la amabilidad posible.
Más tarde, en su primer acto oficial, debió lidiar con el pedido de los grandes clubes de la región, que exigieron más dinero por participar en la Copa Libertadores. Ese pedido y transparentar una entidad salpicada por la corrupción, serán sus primeros desafíos.
Domínguez, un presidente fruto del efecto dominó del FIFAGate
Cuando el mundo del fútbol se despertó el 27 de mayo de 2015 con siete dirigentes de FIFA detenidos por corrupción en Zúrich y se empezaba a conocer el FIFAgate, Alejandro Domínguez difícilmente se habrá imaginado la relevancia que tendría ese hecho en su vida: el efecto dominó arrastró tantos directivos que un año y medio después el destino lo colocó como presidente de la Conmebol.
Domínguez, de 44 años, apenas había cumplido dos cuando ya comenzó a conocer las entrañas del fútbol paraguayo: su padre, Osvaldo Domínguez Dibb, asumía en 1974 como presidente de Olimpia, uno de los clubes más importantes del país, al que comandó durante 26 años en dos etapas.
Domínguez Dibb está considerado el dirigente más exitoso del fútbol paraguayo por sus logros con Olimpia, entre ellos tres Copas Libertadores y una Copa Intercontinental. En 1979 fue autor de la localmente célebre frase "La gloria no tiene precio", con la que le respondió al entonces presidente Alfredo Stroessner cuando el dictador le preguntó cuanto dinero había ganado por la conquista de la primera Libertadores de un equipo paraguayo.
La influencia de Domínguez Dibb en el crecimiento del hasta hoy presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) es innegable. El propio Domínguez reconoció que fue su padre el que le sugirió en diciembre de 2014 la contratación del actual seleccionador de Paraguay, el argentino Ramón Díaz.
A partir de esa recomendación, el dirigente se comunicó con Mauricio Macri, actual presidente de Argentina. El entonces alcalde de Buenos Aires, con amplia experiencia en el mundo del fútbol como ex titular de Boca Juniors, avaló la contratación de su amigo, que así se encaminó a dirigir la "Albirroja".
Si hay un ámbito en el que Domínguez se siente cómodo son los medios de comunicación. Durante 15 años fue presidente del Grupo Nación de Comunicaciones, que incluye a los diarios La Nación y Crónica y las radios 970 AM, Montecarlo y FM Amor.
Ese poder le permitió ser miembro del Directorio de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), donde también ocupó la vicepresidencia de la Comisión de la Libertad de Expresión, entre otras funciones.
Por más que con 23 años, después de haberse graduado en economía en la Universidad de Kansas, ingresó a la política interna de Olimpia, su crecimiento en el fútbol sudamericano se dio de manera tan meteórica como fortuita.
Después de asumir como vicepresidente del equipo "franjeado" en 2004, Domínguez llegó a la vicepresidencia de