Se acabó. El undécimo brote de ébola también fue derrotado en el Congo. La noticia la dio la ministra de Salud, Eteni Longondo, quien anunció el fin de la epidemia de ébola, casi seis meses después de que se reportaran los primeros casos y en medio del aumento del COVID-19 en la nación centroafricana.

Desde que comenzó, el brote ha registrado más de 55 muertes, 119 casos confirmados y 75 personas sanadas hasta el 1 de junio, según la OMS y el Ministerio de Salud del Congo. El brote en el oeste del Congo se produjo poco antes del final oficial, el 25 de junio, del segundo brote de ébola más mortífero de la historia, que mató a 2.280 personas en casi dos años, en el este del país. Las dos cepas no estaban relacionadas, dijeron las autoridades.

"Esta undécima epidemia del virus del Ébola ha tenido la particularidad de extenderse mucho más en las zonas sanitarias de ríos y lagos", dijo el ministro de Salud durante la rueda de prensa. "Esto supuso un gran desafío logístico en términos de implementar actividades de respuesta en un sistema de salud ya debilitado por epidemias anteriores y una débil participación de la comunidad".

Las autoridades sanitarias, sin embargo, pudieron vacunar a más de 40.000 personas. Longondo instó a la población a permanecer alerta y seguir observando las medidas de higiene.

"Para evitar el resurgimiento del ébola pero también para prevenir la propagación del coronavirus que está asolando el país".

La OMS elogió la respuesta a este brote argumentando que superar uno de los patógenos más peligrosos del mundo en comunidades remotas y de difícil acceso.

"Muestra lo que es posible cuando la ciencia y la solidaridad se unen", dijo Matshidiso Moeti, director de la OMS para África. "Tratar el ébola en paralelo con COVID-19 no fue fácil, pero gran parte de la experiencia que hemos acumulado en una enfermedad es transferible a otra y subraya la importancia de invertir en preparación para emergencias y desarrollo de capacidades locales".

Este es un logro que es un buen augurio, pero según la Cruz Roja, también debemos seguir prestando atención a los muchos desafíos humanitarios que enfrenta el país, incluida la emergencia actual de COVID-19 junto con los problemas económicos y de seguridad.

Jacques Katshishi, secretario general de la Cruz Roja del Congo, explicó que el país debe seguir recibiendo apoyo de la comunidad internacional:

“Llevar el Ébola a cero es un gran logro, pero ahora enfrentamos nuestro próximo desafío: mantenerlo así. Nuestros equipos dentro de la Cruz Roja de la República Democrática del Congo están lidiando con COVID-19 dentro de un complejo entorno humanitario y de seguridad. Este no es el momento de ser complaciente: el mundo no puede permitirse un resurgimiento del ébola en la República Democrática del Congo ".