Confusión en las calles catalanas tras el mensaje de Puigdemont

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Confusión en las calles catalanas tras el mensaje de Puigdemont

Nada pareció demasiado claro ni demasiado satisfactorio para los centenares de personas que se concentraron por la tarde frente al Palau de la Generalitat, sede del Ejecutivo catalán. Foto: EFE
Nada pareció demasiado claro ni demasiado satisfactorio para los centenares de personas que se concentraron por la tarde frente al Palau de la Generalitat, sede del Ejecutivo catalán.
¿Alguien sabe lo que ha decidido?"
Preguntó un hombre

"¡Pero que se decida algo! ¡O lo uno o lo otro!": una mujer pedía hoy claridad en las calles de Barcelona minutos después de que el jefe del Gobierno catalán, Carles Puigdemont, descartara convocar elecciones y diera continuidad a su plan independentista en una esperada declaración institucional.

Nada pareció demasiado claro ni demasiado satisfactorio para los centenares de personas que se concentraron por la tarde frente al Palau de la Generalitat, sede del Ejecutivo catalán, para escuchar a Puigdemont en medio de una enorme expectativa.

"¿Alguien sabe lo que ha decidido?", preguntó un hombre también deconcertado tras el discurso del máximo mandatario de Cataluña, la región del noreste de España que el 1 de octubre celebró un referéndum de independencia declarado ilegal por la justicia española.

Un altavoz trasladaba el discurso de Puigdemont con cierto retraso y, a veces, entrecortado. Y sus palabras tampoco parecieron transmitir exactamente lo que los congregados esperaban oír.

"La verdad es que no he oído muy bien lo que ha dicho, pero estoy un poco más esperanzado que esta mañana", señaló a dpa Pol, un estudiante de Administración de Empresas y Turismo de 18 años.

Cientos de estudiantes universitarios y de secundaria que se manifiestan en el centro de Barcelona por la aplicación del artículo 155 y para pedir la liberación de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart y que se proclame la independencia de Cataluña. Foto: EFE

Era uno de los centenares de estudiantes que decidieron marchar hasta la plaza Sant Jaume, donde se encuentra la "Generalitat", alertados por los rumores de que Puigdemont había decidido dar marcha atrás en su intención de declarar la independencia de Cataluña y pretendía disolver el Parlamento catalán y convocar elecciones regionales para evitar que el Ejecutivo español interviniese la autonomía catalana y destituyera a su Gobierno en pleno.

"Con lo que ha dicho ahora Puigdemont, recuperamos un poco la confianza que habíamos perdido esta mañana", prosiguió Pol al saber ya que no habría convocatoria electoral. "Esta mañana, no hemos entendido la opción de las elecciones", añadió con la espalda cubierta por una estelada, la bandera catalana independentista.

"Yo estoy esperanzado. Se ha jugado una partida de ajedrez, hemos movido muy bien las piezas y el Estado español ha actuado de la manera previsible", analizó Joan, un ex empleado de banca de 42 años.

"Desde aquí, hemos intentado el diálogo hasta el final, pero el Estado español se ha mostrado intransigente como siempre", añadió, arropado también por una estelada y tocado con una barretina, el gorro del traje regional catalán.  

"Mañana, el Parlament declarará la independencia seguro, sin duda", prosiguió, convencido de que el Parlamento catalán aprobará por mayoría la declaración de independencia que podría proponer Puigdemont.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante la comparecencia que ha realizado esta tarde en el Palau de la Generalitat, en Barcelona. Foto: EFE

Pero nada es seguro. La jornada de hoy fue caótica y de infarto. Con múltiples rumores y desmentidos circulando en todas las direcciones. Y eso se notó claramente en la concentración de un día en el que Cataluña amaneció con la perspectiva de una declaración de independencia definitiva.

Esa expectativa cambió a medida que avanzaba la jornada. Y, a diferencia de lo sucedido el 10 de octubre, cuando también se esperaba que Puigdemont proclamara la independencia, las asociaciones pro independentistas no hicieron ningún llamamiento a que la gente se concentrara para escuchar y apoyar al líder del “Govern".

"Algunos ya nos esperábamos que Puigdemont traicionara al pueblo", señaló a dpa Jordi, un profesor de historia de 55 años, minutos antes de que el dirigente hiciera su declaración.

"Esto es la culminación a la gran traición al pueblo. Puigdemont es como (Mariano) Rajoy: gente de ideas fijas", añadió, convencido de que el jefe del Ejecutivo catalán no declararía la independencia y convocaría elecciones regionales.

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Cuando Puigdemont concluyó su discurso, en el que renunció a las elecciones y abrió las puertas a seguir adelante con su plan soberanista, no hubo euforia entre los concentrados en la Plaza Sant Jaume, que aplaudieron con brevedad, antes de romper en un grito de "¡independencia, independencia!”.

"Yo estoy orgullosa de que Puigdemont lleve adelante el mandato del pueblo y de tener un político que escuche el mandato del pueblo", dijo a dpa Ángela, una técnica de iluminación de 50 años.

"Yo no perdí la esperanza y quise esperar hasta que Puigdemont hablara porque convocar elecciones no era el mandato del pueblo", añadió, con una sonrisa y visible satisfacción.

El resto de concentrados permaneció conectado a las radios para intentar tener certeza de lo que el presidente catalán había dicho y saber cómo procedía a partir de entonces el Parlamento catalán.